Translate

jueves, 18 de julio de 2013

Ján Čarnogurský, de preso católico a primer ministro

«Sin una Biblia, no hablo», decía, preso del comunismo... 
4 meses después, ¡él era el que mandaba!


Ha habido cristianos que han pasado decenios en cárceles comunistas, en Europa o en Asia, confiados de que algún día llegaría la libertad. 

Hay otros que solo estuvieron unos meses en prisión, y que vieron cómo regímenes supuestamente férreos y perdurables,contruidos sobre el "ateismo científico", se derrumbaban como un castillo de naipes.

Un cambio sorprendente

Quizá el contraste más rápido lo viviera Ján Čarnogurský a sus 45 años. En agosto de 1989, le arrestaba la Seguridad del Estado comunista de Checoslovaquia. Un oficial interrogador le presionaba para que hablara. Era uno de "los Cinco de Bratislava", unos activistas democristianos detenidos por su oposición al régimen. Esperaban que las declaraciones de cada uno, interrogados por separado, contradijesen a sus compañeros, para condenarles por cualquier causa.

El interrogador no sabía que 4 meses después ¡su prisionero sería su superior, vicepresidente del país!

Siempre firme en su fe

Čarnogurský nació en una familia católica, con cuatro hermanos y práctica religiosa estable en Checoslovaquia, el país comunista que había llevado a cabo un acoso más sistemático al cristianismo. Se licenció en derecho en Praga y se doctoró en Bratislava en 1971.

La universidad comunista y las clases obligadas de Ateísmo Científico no hicieron mella en su fe. Más aún, enseguida vio que la propuesta católica era más científica y realista que la ortodoxia marxista.

La ciencia, contra el marxismo

"Por ejemplo", escribió años después, "el comunismo justificaba su lucha contra la religión y la Iglesia diciendo que el comunismo es científico y la religión es acientífica, que la religión iba a perecer en una o dos generaciones bajo el peso de los descubrimientos científicos. La afirmación filosófica principal del marxismo era que Dios no existe, pero que hay una sustancia eterna y sin fin que es la base de todo. Pero entonces, a mediados de los años 60, llegó la teoría del Big Bang, que los descubrimientos físicos y astronómicos confirmaban. Los comunistas no podían aceptar el Big Bang, porque contradecía su sustancia eterna y sin fin. Pero la Iglesia no tenía problemas con el Big Bang. Resulta que la ciencia refutaba al comunismo que se declaraba ´científico´, sin afectar a la Iglesia."

...........

Leer más aquí: www.religionenlibertad.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario