La globalización del odio
Rafael Navarro-Valls
Cuando al grito de ”Alá es grande” los sicarios de Bin Laden estrellaron los aviones contra las torres de Nueva York condujeron el fundamentalismo a una victoria táctica, pero a una derrota estratégica. Con el tiempo – y no sólo metafóricamente – acabaron en el gran cementerio de la teocracia.
Al contrario, cuando el Parlamento y el pueblo libio solicitaba hace unos días perdón por el asesinato del embajador estadounidense y, al tiempo, pedía respeto para las creencias islámicas, iniciaba un camino correcto. Rechazaba la violencia pero reclamaba decencia a Occidente. Efectivamente, en una sociedad plural -pero a veces desquiciada- el ataque injusto a las grandes religiones no es infrecuente.
El problema es como reaccionar............Leer aquí: www.religionenlibertad.com |
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