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miércoles, 7 de octubre de 2015

Conversos ofrecen su testimonio que demuestra "la atracción de la verdad sobre el hombre y la mujer tal y como ha sido iluminada por Cristo a través de su Iglesia"



140 intelectuales conversos piden al Papa y al Sínodo evitar los errores del protestantismo «progre»

 Entre los firmantes, más de 70 ex-pastores protestantes


Ciento cuarenta conversos del mundo anglosajón, algunos de ellos muy célebres por la potencia de su testimonio como Scott Hahn (autor de bestsellers como Roma, dulce hogar o La fe cristiana explicada), Jennifer Fulwiler, Dawn Eden, Steve Rey o Mark Regnerus, han dirigido una carta al Papa Francisco fechada el 24 de septiembre para transmitirle los ánimos de "numerosos fieles a quienes en buena medida atrajo a la Iglesia, y continúa haciéndolo, lo que ella propone sobre el ser humano en sus enseñanzas sobre la diferencia sexual, la sexualidad, el matrimonio y la familia".

Los firmantes -gran parte son antiguos pastores protestantes que hoy son sacerdotes católicos-, explican que hace años muchos de ellos objetaban contra la enseñanza tradicional sobre la familia y el matrimonio.

"Sin embargo, cuando empezamos a comprender lo dañinas que resultaban las ideas corrientes sobre la sexualidad humana, y cuando algunas de nuestras denominaciones empezaron a dejarse llevar por la cultura dominante, comenzamos a sospechar que había algo correcto en la forma en la que la Iglesia entiende las cosas. Aunque a menudo fuesen impopulares, las enseñanzas de la Iglesia sobre lo referente a la vida se convirtieron en extrañamente atractivas para nosotros".

Dar testimonio firme ante un mundo hostil

"Es más", continúan, "la certeza que la Iglesia tenía en sus enseñanzas, y su confianza al proclamarlas incluso ante una oposición hostil, fue para nosotros la evidenciade que en ella podríamos encontrar la vida de Jesucristo tal como Él es verdaderamente".

Los conversos que firman el documento son conscientes, afirman, "de las difíciles circunstancias pastorales que afrontará el sínodo, especialmente las que afectan a los católicos divorciados". Algunos de ellos han vivido la experiencia de un divorcio. Y justo por ese punto se dirigen Papa: por "ciertas propuestas de cambiar la disciplina de la Iglesia sobre la comunión de los católicos que están civilmente divorciados y vueltos a casar".

Se declaran "francamente sorprendidos" ante la circunstancia de que, tal y como algunos entienden el "camino penitencial" del que habla el Instrumentum Laboris del sínodo, "se podría tolerar lo que la Iglesia jamás ha permitido". Unas propuestas que, a su juicio, "no harían justicia a la irrevocabilidad del vínculo matrimonial" y contradirían "la doctrina cristiana sobre el matrimonio".

Y no sólo la doctrina: "No conseguimos ver cómo esas innovaciones pueden ser, como dicen, pastorales o misericordiosas. A pesar de las buenas intenciones, las respuestas pastorales que no respetan la verdad de las cosas sólo pueden agravar el auténtico sufrimiento que pretenden aliviar".

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