El juicio místico de la doctora Gloria Polo
Golpeada por un rayo, yacía en una camilla y se enfrentaba a un terrible repaso de los mandamientos que ella vivía con tibieza. Fue "devuelta", dice, con la misión de dar testimonio.
Gloria Polo, a pesar de sus orígenes humildes, llegó a subir a una magnífica posición social en la sociedad colombiana.
Tenía todo lo que quería: un marido, dos hijos, un buen trabajo–es dentista-, admirada por todos, dinero, liderazgo… hasta que un día le cayó un rayo.
Textual: “Un viernes por la tarde estaba con mi sobrino en la Universidad Nacional en Bogotá. Llovía muy fuerte, mi sobrino y yo íbamos debajo de un paraguas muy pequeño. Como podíamos, saltábamos los charcos, hasta que nos cayó un rayo. Nos dejó carbonizados; mi sobrino fallece allí. En cambio a mí el rayo me entra. Me quema de forma espantosa todo mi cuerpo, por fuera y por dentro. Todo mi cuerpo está reconstruido. Es misericordia de nuestro Señor. Me carboniza, prácticamente se me desaparece toda mi carne y mis costillas; el vientre, las piernas... sale el rayo por el pie derecho, se me carboniza el hígado, se me queman los riñones, los pulmones…”
El túnel de luz, los parientes fallecidos
Decir que aquello cambió su vida sería una perogrullada, pero realmente lo fue, no sólo en lo físico sino en lo psíquico y en lo espiritual.
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Un último recuerdo salvador
En ese momento recordó el consejo de una paciente suya: “Mire, doctora, usted es muy materialista y un día lo va a necesitar. Cuando usted esté en inminente peligro, cualquiera que sea, pídale a Jesucristo que la cubra con su sangre. Él nunca la va abandonar. Porque Él pagó un precio de sangre por usted”. Y con esa vergüenza tan grande y ese dolor, empezó a gritar: “Jesucristo, Señor, ten compasión de mí.¡Perdóname, Señor, dame una segunda oportunidad!”
Su grito fue escuchado. Jesucristo la sacó de allí y le dijo: “Vas a volver. Vas a tener tú segunda oportunidad, pero no por la oración de tu familia. Porque es normal que ellos oren y clamen por ti, sino por toda la intercesión de todas las personas ajenas a tu carne y a tu sangre que han llorado, han orado y han elevado su corazón con muchísimo amor por ti”.
La oración de un campesino desconocido
Su grito fue escuchado. Jesucristo la sacó de allí y le dijo: “Vas a volver. Vas a tener tú segunda oportunidad, pero no por la oración de tu familia. Porque es normal que ellos oren y clamen por ti, sino por toda la intercesión de todas las personas ajenas a tu carne y a tu sangre que han llorado, han orado y han elevado su corazón con muchísimo amor por ti”.
La oración de un campesino desconocido
De entre todas, el Señor le hizo ver una en concreto. Era la de un pobre campesino que cuando supo el terrible dolor que debió sufrir por el rayo no dejó de orar y sacrificarse por ella: “Eso es Amor al Prójimo –le explicó el Señor. Vas a volver, pero tú no lo vas a repetir mil veces. Sino mil veces mil. Y, ¡ay!, de aquellos que oyéndote no cambien, porque van a ser juzgados con más severidad. Como lo vas a ser tú en tu segundo regreso”.
Actualmente, Gloria Polo se dedica a dar conferencias con su testimonio allí en donde la invitan. También ha publicado su testimonio en varios idiomas en su web (www.gloria.polo.ortiz.in): Ella da gracias Dios constantemente por el regalo de una segunda oportunidad: “Cómo me duelen mis años anteriores en que fui una católica dietética; doy gracias a Dios por mi madre la Iglesia Católica. Amo profundamente al Papa, a mis sacerdotes y religiosas… En mi experiencia de adoración al Santísimo, esta miserable sierva ha encontrado los deleites, la Paz y el Amor, anticipos del Paraíso”.
Leer aquí: www.religionenlibertad.com
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