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martes, 3 de febrero de 2015

JoséJavier Esparza: «La cruzada del océano» (La Esfera de los Libros)


Esparza explica por qué España prohibió esclavizar en América y evangelizó por deseo real de Isabel





Entre 1492 y 1560 España se abrió al mundo, descubrió, conquistó y pobló un espacio veinte veces mayor que la península ibérica. Además de una hazaña náutica y militar, aquello fue un gigantesco paso adelante en la construcción de la civilización cristiana.

He aquí una historia del descubrimiento y la conquista de América que no dejará a nadie indiferente. La cruzada del océano, de José Javier Esparza (ed. La Esfera), se lee como una novela de aventuras, pero en sus páginas no hay más que realidad pura y desnuda: la crónica de algo más de medio siglo,entre 1492 y 1560, durante el que España abrió al mundo, descubrió, conquistó y pobló un espacio veinte veces mayor que la península ibérica. (Ver abajo elbooktrailer del libro.)

Por el camino, el lector descubrirá algo que pocas veces se subraya: además de una hazaña náutica y militar, aquello fue un gigantesco paso adelante en la construcción de la civilización cristiana.

- La cruzada del océano es una historia del descubrimiento y conquista de América. ¿Por qué ha elegido para el título esa palabra, “cruzada”, tan llena de polémica?

- Porque en realidad fue una cruzada. Si no formalmente, sí en la práctica. España encontró América por azar, buscando una ruta hacia las islas de las Especies. Allí no había ni ruta ni las especies que buscábamos, pero apareció otra cosa: un mundo nuevo, unos pueblos desconocidos, unas tierras infinitas… y un enorme campo de misión para la Cruz. Roma autorizó la conquista de aquel nuevo mundo con la condición de que se evangelizara a los indios. Otros lo habrían tomado a beneficio de inventario, pero los españoles se lo tomaron en serio.

- ¿Desde el principio?

- Prácticamente. El codicilo del testamento de Isabel II –y era 1504- es un documento fundamental porque habla expresamente de proteger a los nativos, evangelizarlos y tratarles bien, es decir, una prohibición inequívoca de la esclavitud.

Era la primera vez en la Historia que una potencia vencedora prohibía esclavizar a los vencidos. Fue una verdadera revolución. Y, como es lógico, se tardó mucho en que todo el mundo lo entendiera.

- ¿Hubo resistencias?

- Muchísimas. Imagínese: has cruzado el océano en esos cascarones, has entrado en guerra con pueblos de lengua incomprensible y costumbres inquietantes, has vencido, has sometido al enemigo, te has adueñado de la tierra y… ¡te dicen que no puedes hacer esclavos! Para la época, era sencillamente incomprensible.

Hoy todos damos por hecho que cualquier ser humano posee una dignidad irreductible por el hecho de existir, pero en el siglo XVI eso no lo pensaba nadie. Sólo los españoles, y ciertamente no todos.

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