Translate

lunes, 19 de agosto de 2013

Se percibe a diario la seducción que engendra el populismo cuando propone progreso como un derecho sin esfuerzo previo

Es sólo el primer paso

por Alberto Medina Méndez


Al plantearse una meta, el camino siempre supone varias etapas. Es una secuencia, a veces larga y otras no tanto. Nunca es un sendero recto. Su recorrido propone escollos, desafíos, barreras y tragos amargos.

Lo importante es que la brújula siga mostrando el norte, para que el itinerario y las férreas creencias puedan seguir intactas. No existe un atajo que lleve hacia el objetivo sin sobresaltos. Mucho menos cuando se trata de la vida en sociedad. Allí, una inmensa cantidad de factores operan simultáneamente y alteran el entorno presentando diversos problemas.

El populismo es hoy una plaga que destruye a las sociedades. Promete un mundo donde unos trabajan para que otros no, invita a saquear a los que se esfuerzan para derivar recursos hacia el aparato político clientelar, ese que hace de la maquinaria electoral un verdadero fin en sí mismo.

Su erradicación supone permanentes aprendizajes, porque solo lo que se internaliza produce reales cambios de hábito. Los rechazos circunstanciales pueden ser solo espasmódicos gestos de repudio a un aspecto aislado del régimen demagógico. Se percibe a diario la seducción que engendra el populismo cuando propone progreso como un derecho sin esfuerzo previo, casi como un acto mágico, cautivando a los más abúlicos y a los que, durante generaciones, demandaron necesidades sin ofrecer nada a cambio.

.....

El trabajo de la sociedad civil debe operar al mismo tiempo en dos dimensiones. La de lo factible, tratando de que los menos malos desplacen a los peores, y en un plano más riguroso, convocando a los sobresalientes para que sean protagonistas del futuro, y así integrar a la política a los más decentes, íntegros, honestos, idóneos, creativos e inteligentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario