LA SÁBANA SANTA DE TURÍN:
UN DESAFÍO A LA FE Y A LA RAZÓN
por Rafael de la Piedra
¿Qué sabemos acerca de la Sábana Santa? Es realmente muy difícil poder resumir en pocas líneas todo aquello que se ha descubierto – y se sigue descubriendo - acerca de este misterioso lienzo.
El primer gran descubrimiento que se hizo fue a raíz de la primera fotografía que el abogado turinés Secondo Pia realizó a la Sábana Santa con ocasión de las Bodas de Víctor Manuel III, entre otras importantes celebraciones, en el contexto de una ostensión solemne entre el 25 de mayo al 2 de junio de 1898. Las fotografías produjeron un cambio notable en el conocimiento de lo que hasta entonces había sido solamente un objeto de devoción ya que revelaron detalles inesperados del lienzo y se llegó a la conclusión que la imagen es un perfecto negativo fotográfico.
En 1978, el Dr. Giovanni Riggi con muestras de polvo del lienzo, constató que la composición elemental de los elementos encontrados era la misma de los encontrados en los lienzos funerarios de momias egipcias. El experto cristalógrafo norteamericano, Joseph Kohlbeck, de la Hercules Aerospace Division, identificó, entre las partículas minerales presentes en los pies, mayor concentración de carbonato cálcico (aragonito) que en las otras zonas del lienzo. La comparación con muestras de carbonato de cálcico tomadas de una tumba de Jerusalén ha puesto de manifiesto unas semejanzas sorprendentes. Además se encontraron presencia de aloe y mirra, especias fúnebres perfumadas usadas por los judíos en el siglo I.
El Dr. Avinoam Danin, Universidad Hebrea de Jerusalén, y el palinólogo Uric Bauch, a partir de un archivo de 90,000 superficies de distribución de plantas en Israel, llegaron a la conclusión que existen 34 especies de Jerusalén, Edesa (Sanli –Urfa) y Constantinopla (Estambul); 24 especies de Francia e Italia; y que 79% son de espécies de Palestina y florecen entre marzo y abril.
Las investigaciones sobre la sangre nos dicen que la sangre es del tipo AB (muy común entre los hebreos y yemitas) y que es sangre coagulada sobre la piel de un hombre herido que se desató por fibrinólisis (disolución enzimática de un coágulo de fibrina que se activa al mismo tiempo que la coagulación haciendo parte del balance fisiológico) al contacto con el tejido húmedo por un período de no más de 36 horas.
Uno de los más grandes descubrimientos acerca de la imagen del hombre de la Sábana Santa lo realizaron los físicos John P. Jackson y Eric J. Jumper, miembros de la Fuerza Aérea Norteamericana, al encontrar información tridimensional. Ayudados de un escáner VP-8 (utilizado en la lectura de las imágenes espaciales) llegaron a leer los claroscuros de la imagen encontrando información tridimensional. A partir de estos sorprendentes resultados se formó el grupo STURP (Shroud Turin Research Project). Él mismo tuvo el privilegio de poder estudiar y realizar exámenes en la misma Sábana Santa en 1978, a lo largo de 120 horas. El estudio fue dirigido para poder responder a dos preguntas fundamentales: ¿cuál es la naturaleza de la imagen y cómo se formó?
Las conclusiones a las que llegaron fueron: la imagen ha sido producida por un proceso de oxidación - deshidratación en la celulosa de las fibras superficiales del lino. No hay presencia de pigmentos o trazos direccionales. No hay quemaduras y la imagen es superficial, detallada y estable. Bajo las manchas de sangre (que es humana) no existe imagen del cuerpo. Esto quiere decir que la imagen se formó después de que el lienzo se ha empapado de sangre. ¿Cómo se formó la imagen? John Jackson ha afirmado que: «tenemos motivos para decir que la imagen sindónica no puede existir, pero es real, así no logramos explicar cómo se ha formado» John Jackson. Es decir es un fenómeno único, inexplicable e irrepetible en laboratorio.
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