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miércoles, 7 de agosto de 2013

La cohabitación (o convivencia) ataca a la familia más que el divorcio


Los estudios son contundentes: cohabitar sin casarse daña a niños, a adultos y a la sociedad


En todo el mundo, crecen las evidencias sociológicas de que el vivir juntos sin casarse debilita la institución matrimonial, incluso más que el divorcio, y que eso daña a las personas, sean adultos o niños.

La tendencia a que baje la nupcialidad crece más y más. Hay miedo a casarse, miedo al divorcio y miedo a comprometerse.

España, nupcialidad hundida

Por ejemplo, en España, entre 2001 y 2004 se producían en España 5 matrimonios por cada mil habitantes (la llamada tasa bruta de nupcialidad). En 2005 cambió brutalmente la legislación sobre el matrimonio, al introducirse un cóctel único en Europa de "divorcio exprés" con "matrimonio del mismo sexo".

Desde ese año, la tasa bruta de nupcialidad bajó de forma constante: 4,7 en 2005; 4,6 al año siguiente; 4,5 un año después; 4,2 en 2008; 3,8 en 2009; 3,6 en 2010. Después, apenas un leve repunte. Es una bajada muchísimo más acusada que la de Francia o Italia en la misma época, que no modificaron sus leyes.

Pocas bodas, pocos hijos

La baja nupcialidad influye en la baja natalidad: la gente quiere estabilidad antes de tener hijos. Y esta estabilidad tarda hoy muchos años en llegar.
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Lo que dicen los estudios

La sociología y los estudios demuestran con numerosos indicios que cohabitar es malo para los adultos y para sus hijos. Así, está registrado (ForumLibertas lo detalla aquí) que:

- Son relaciones inestables: pasados tres años de cohabitación, sólo una de cada seis parejas siguen juntas; sólo una de cada diez sobrevive 5 ó más años.
- Cohabitar aumenta el riesgo de divorcio si al final se casan (entre un 26 y 65% más, según el estudio)
- Cohabitar carga más sufrimiento sobre la mujer y con poco apoyo legal
- Cohabitar va relacionado con más riesgo de enfermedades sexuales
- Cohabitar implica un mayor riesgo de abuso de drogas y alcohol
- Cohabitar multiplica por tres el riesgo de depresión, comparado con casarse
- Cohabitar aumenta la pobreza de los niños (hasta 5 veces más pobreza que en hogares casados)
- Cohabitar perjudica a la conducta y emotividad de los hijos (puede multiplicar por 6 los problemas emocionales)
- Cohabitar tiene relación con un aumento del crimen juvenil (tres de cada cuatro niños implicados en actividades criminales vivían en hogares en cohabitación
- Cohabitar aumenta el riesgo de maltrato sexual a los niños: riesgo 33 veces mayor cuando la madre cohabita con un hombre que no es el padre biológico de los niños
- Ser mujer que cohabita es multiplicar por 3 (respecto a las casadas) el riesgo de sufrir agresiones físicas
- Cohabitar además multiplica por 9 (con respecto a las casadas) el riesgo de que la mujer sea asesinada.

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