Elecciones en Argentina: la lucidez de los líderes, está en saber hasta dónde sus victorias se deben a sus méritos personales y desde dónde a circunstancias fortuitas

El modelo "K" en su laberinto

por Claudio Fantini

Saramago escribió que "la derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva, mientras que la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva".

Un lúcido razonamiento, particularmente aplicable a elecciones como las que vivió el domingo Argentina, ya que se trata de una suerte de ensayo previo al verdadero comicio legislativo, que se hará en octubre.

De tal modo, el gobierno de Cristina Fernández aún puede revertir la dura derrota que acaba de sufrir, mientras que al gran ganador de las primarias, Sergio Massa, podría escapársele el estratégico triunfo que logró y que, de repetirse en octubre con igual o mayor magnitud, lo pondría en carrera y con ventaja para la elección presidencial del 2015.

El triunfo no se le escapará si interpreta correctamente la razón de su victoria sobre el kirchnerismo: fue claramente percibido como parte de la oposición y no en el punto intermedio que intentó ocupar al principio.
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