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domingo, 6 de septiembre de 2015

No sólo en la sociedad, sino también en partes de la Iglesia católica hay un grave oscurecimiento de la fe en Dios


UN ADIÓS AL MATRIMONIO CRISTIANO

por Martin Grichting


(Gracias, Rogelio Alonso...)

El secretario de la comisión pastoral de la conferencia episcopal suiza, monseñor Arnd Bünker, y el profesor de teología ética en la facultad de teología de Coira, Hanspeter Schmitt, son los editores, en vista del próximo sínodo de los obispos, de un libro escrito por varios autores que lleva por título: "Familienvielfalt in der katholischen Kirche. Geschichten und Reflexionen [Diversidad de familias en la Iglesia católica. Historias y reflexiones]".

El libro adopta la clásica estrategia del "coming out". Primero se revelan realidades de vida que se desvían del orden vigente, tras lo cual se exige que estas realidades sean reconocidas como normativas por la autoridad competente.

Para este "coming out" se utilizan casos concretos, como el de una pareja de personas divorciadas y casadas de nuevo por lo civil; o el de otra pareja que antes del matrimonio ya había convivido como marido y mujer; o el de una pareja de lesbianas que vive en una casa parroquial en el cantón de Argovia, diócesis de Basilea.

Junto a estas "historias" se proponen unas reflexiones, cuyo tenor general hace pensar que los católicos de Suiza han aceptado ya desde hace tiempo la "diversidad de familias".

Esta "diversidad" sería una "realidad intraeclesial" incluso entre el personal eclesiástico, escribe Bünker. Y Schmitt confirma que tanto en la cultura en general como dentro de la Iglesia las personas se sienten liberadas "de un estado de sistemática exclusión de la diversidad familiar".

Pero en vista del próximo sínodo los autores no están contentos sólo con esto: su objetivo es "que la diversidad familiar no sólo exista de hecho (vorkommen), sino que salga fuera (hervorkommen) oficialmente", como explica el profesor Schmitt, aludiendo precisamente a la estrategia del "coming out".

La intención de los autores es superar la doctrina eclesiástica sobre el matrimonio y la familia, a la que caricaturizan. "Tradicional visión idealista eclesial de la sexualidad procreadora del matrimonio (althergebrachte kirchliche Idealistik ehelicher Fortpflanzungssexualität)", la define Schmitt.

Con esto, los autores consideran que están en la misma línea que el Papa Francisco. "Él no dice al mundo cómo debe ser; él pregunta al mundo cómo debe ser la Iglesia, para que pueda ayudarla", escribe el teólogo pastoralista de Graz, Rainer Bucher.

Sin embargo, casi inmediatamente los autores contradicen al Papa quien, como es sabido, ante situaciones matrimoniales y relaciones de pareja problemáticas pone en el centro la misericordia de Dios; pues bien, los autores rechazan apelarse a ésta porque, según ellos, para la mayor parte de las personas el hecho de volver a casarse civilmente ya no está vinculado a un sentimiento de culpa. Hablar de misericordia en esta situación sería por lo tanto difícil, escribe Eva-Maria Faber, anteriormente rectora de la facultad de teología de Coira y docente de teología dogmática. En el caso de la diversidad familiar heterosexual y homosexual ya no se trataría "de la cuestión de la misericordia, sino de la cuestión del reconocimiento", como resume de manera concisa el objetivo del libro el teólogo moral Stephan Goertz.

Por consiguiente, lo que se propone en libro no es la misericordia, sino el reconocimiento eclesial de las "cualidades humanas del amor sexual incluso más allá del matrimonio y de la procreación" (Schmitt). Como miembros de una comunidad religiosa lo que desearíamos es que ésta nos reconociera independientemente de la situación en la que se encuentra cada uno de nosotros (Faber).

No es sorprendente entonces que con estas tesis de fondo el párroco de la catedral de San Galo, el padre Beat Grögli, diga que está listo para bendecir en la iglesia a parejas del mismo sexo. O que el párroco de Aesch, diócesis de Basilea, el padre Felix Terrier, que también ha sido entrevistado, ya imparta estas bendiciones y que añada la cuestión sobre "si en realidad el sacramento del matrimonio debe ser administrado una sola vez". O que el vicario judicial de la diócesis de San Galo, Titus Lenherr, pida -siguiendo la línea trazada por el cardenal Walter Kasper-, un simple procedimiento eclesiástico para la legitimación de un "segundo matrimonio" civil.

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