La disputa sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar sigue al rojo vivo
de Sandro Magister
Contra las tesis de Kasper interviene, de nuevo, el cardenal Brandmüller. Y como él, el vicario general de Coira y siete teólogos y canonistas de cuatro países. Pero en la facultad teológica de Ratisbona hay quien teoriza la admisibilidad de un segundo matrimonio
Al Papa Francisco no le gusta que la discusión en vista del próximo sínodo se agote en la cuestión de la comunión a los divorciados vueltos a casar. Se lo ha dicho a los periodistas durante el viaje de vuelta a Roma desde Tierra Santa. Su preferencia, decididamente, es una reflexión “holística”, total, sobre la familia.
Pero lo que ha centrado la atención de todos sobre este punto controvertido ha sido, precisamente, la relación con la que el cardenal Walter Kasper ha abierto el consistorio en febrero pasado.
Una relación que Francisco ha aprobado con sobresaliente, diciendo a los cardenales que era teológicamente “profunda”, “serena”, pensada “de rodillas” y que seguidamente el jesuita argentino Juan Carlos Scannone, maestro de teología del joven Jorge Mario Bergoglio, ha magnificado aún más en el último número de "La Civiltà Cattolica".
Es un hecho que, a partir de ese consistorio, la controversia sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar ha tocado a la Iglesia hasta sus niveles más altos.
El mismo cardenal Kasper ha intervenido de nuevo en favor de la comunión a los divorciados vueltos a casar con una amplia entrevista a "The Commonweal".
Contras las tesis de Kasper se han alineado públicamente, entre otros, los cardenales Gerhard Ludwig Müller, Carlo Caffarra, Velasio De Paolis, Walter Brandmüller.
Este último, en los últimos días, ha dedicado al tema su segunda intervención, publicada en italiano en una sitio web de reflexión teológica:
Como historiador de la Iglesia, - y como presidente durante más de veinte años del Comité Pontificio de Ciencias Históricas -, Brandmüller ha vuelto a proponer en este ensayo el choque que vio enfrentados en el siglo IX al Papa Nicolás I y a Lotario II, rey de Lotaringia.
Lotario, inicialmente unido, pero no casado, con una aristócrata llamada Gualdrada, se casó con la noble Teutberga por intereses políticos. Posteriormente se separó de esta última, casándose con la compañera anterior y quiso a toda costa que el Papa reconociera la validez del segundo matrimonio.
A pesar de que Lotario gozaba del apoyo de los obispos de su región, como también del emperador Ludovico, que llegó incluso a invadir Roma con su ejército, el Papa Nicolás I - hoy venerado como Santo - no se doblegó a sus pretensiones y no reconoció nunca como legítimo su segundo matrimonio.
El cardenal Brandmüller reconstruye de manera atractiva todo este hecho y lo analiza histórica, jurídica y teológicamente.
Entre otras cosas, hace notar cómo la exhortación de Nicolás a Lotario para que retomase a su única verdadera mujer Teutberga no sólo en términos formales, sino tributándole amor sincero, desmonta "el cliché que define la comprensión del matrimonio de amor basado sobre un vínculo espiritual sólo como una conquista de la edad moderna".
Más abajo se incluye la parte final del ensayo de Brandmüller, de la que él extrae de ese hecho histórico una lección para la Iglesia de hoy.
Pero después del texto de Brandmüller, también en esta página web, se incluye la sección conclusiva de otra intervención aparecida en los últimos días contra la comunión a los divorciados vueltos a casar, escrito por Monseñor Martin Grichting, vicario general de la diócesis de Coira, en Suiza.
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Es un hecho que, a partir de ese consistorio, la controversia sobre la comunión a los divorciados vueltos a casar ha tocado a la Iglesia hasta sus niveles más altos.
El mismo cardenal Kasper ha intervenido de nuevo en favor de la comunión a los divorciados vueltos a casar con una amplia entrevista a "The Commonweal".
Contras las tesis de Kasper se han alineado públicamente, entre otros, los cardenales Gerhard Ludwig Müller, Carlo Caffarra, Velasio De Paolis, Walter Brandmüller.
Este último, en los últimos días, ha dedicado al tema su segunda intervención, publicada en italiano en una sitio web de reflexión teológica:
Como historiador de la Iglesia, - y como presidente durante más de veinte años del Comité Pontificio de Ciencias Históricas -, Brandmüller ha vuelto a proponer en este ensayo el choque que vio enfrentados en el siglo IX al Papa Nicolás I y a Lotario II, rey de Lotaringia.
Lotario, inicialmente unido, pero no casado, con una aristócrata llamada Gualdrada, se casó con la noble Teutberga por intereses políticos. Posteriormente se separó de esta última, casándose con la compañera anterior y quiso a toda costa que el Papa reconociera la validez del segundo matrimonio.
A pesar de que Lotario gozaba del apoyo de los obispos de su región, como también del emperador Ludovico, que llegó incluso a invadir Roma con su ejército, el Papa Nicolás I - hoy venerado como Santo - no se doblegó a sus pretensiones y no reconoció nunca como legítimo su segundo matrimonio.
El cardenal Brandmüller reconstruye de manera atractiva todo este hecho y lo analiza histórica, jurídica y teológicamente.
Entre otras cosas, hace notar cómo la exhortación de Nicolás a Lotario para que retomase a su única verdadera mujer Teutberga no sólo en términos formales, sino tributándole amor sincero, desmonta "el cliché que define la comprensión del matrimonio de amor basado sobre un vínculo espiritual sólo como una conquista de la edad moderna".
Más abajo se incluye la parte final del ensayo de Brandmüller, de la que él extrae de ese hecho histórico una lección para la Iglesia de hoy.
Pero después del texto de Brandmüller, también en esta página web, se incluye la sección conclusiva de otra intervención aparecida en los últimos días contra la comunión a los divorciados vueltos a casar, escrito por Monseñor Martin Grichting, vicario general de la diócesis de Coira, en Suiza.
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