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miércoles, 24 de diciembre de 2014

Arabia Saudita: una ley impone la pena de muerte a quien lleve ejemplares de la Biblia y a los distribuidores de material religioso que no sea del Islam


El retozar de Europa con el totalitarismo islámico

Eduard Yitzhak

La cuna del Islam, Arabia Saudita, y tierra de nacimiento de su fundador, Muhammad, es el único país musulmán en el que las influencias de cualquier otra religión han sido erradicadas. Desde la fundación del Islam siempre se ha impuesto la ley musulmana en esa tierra, la Shari´a, y nunca ha sido “desviada” ni tergiversada por potencias colonizadoras. No en vano Arabia es la tierra sagrada del Islam en la que está prohibida cualquier manifestación religiosa que no sea la del prístino, inequívoco, primigenio y auténtico Islam.

En su expansión fuera de la península arábiga, el Islam se encontró, y se encuentra, con comunidades religiosas diversas, cristianas, judías, budistas, hindúes, y otras, así como potencias de matriz religiosa no musulmana por lo que tuvo que adaptarse y presentarse más moderado, contemporizador y tolerante. En función de la potencia de las fuerzas opuestas a su expansión se ha mostrado más transigente, acomodándose a las circunstancias.

Pero en Arabia Saudita, habiendo sido eliminadas las tribus judías y los cristianos, el Islam no se ha desviado ni a izquierda ni derecha, y debido a su peculiar singularidad –la tierra sagrada del Islam- se ha manifestado, y manifiesta, tal como es y “como Alá quiere que sea”, sin desvíos ni malinterpretaciones, ni adecuaciones contemporizadoras.

Es bien sabido que de acuerdo a la Shari´a, la ley islámica, en Arabia Saudita, (y no únicamente en este país musulmán) se decapita a los nacidos musulmanes que apostatan del Islam y/o se convierten a otra religión, en general al cristianismo.

Arabia Saudita acaba de aprobar una ley en virtud de la cual se impone la pena de muerte a aquella persona que lleve ejemplares de la Biblia y a los distribuidores de material religioso que no sea del Islam. La nueva ley impone la pena de muerte también al que trafique con drogas y al que importe publicaciones religiosas distintas del Islam. [1]

La Sociedad Misionera HeartCry Missionary Society describe en un post en su página web: “En otras palabras, cualquier persona que intenta traer Biblias o literatura cristiana en el país se le confiscará todo el material, será encarcelada y condenada a muerte.”

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