El execrable asesinato de José Calvo Sotelo
El 16 de abril de 1936 se reanuda la actividad parlamentaria. Azaña expone ante las Cortes el programa de su Gobierno:
“Tengo la pretensión de gobernar con razones… El que se salga de la ley ha perdido la razón y no tengo que darle ninguna… Vamos a lastimar intereses cuya legitimidad histórica no voy a poner en cuestión, pero que constituyen la parte principal del desequilibrio que padece la sociedad española… Romperemos toda concentración abusiva de riqueza dondequiera que esté… Vamos a restablecer toda la legislación social de las Constituyentes… Nosotros no hemos venido a presidir una guerra civil; más bien hemos venido con intención de evitarla…”
Tras su discurso, los diputados del Frente Popular aplauden con fuerza.
Calvo Sotelo, contesta a Azaña:
“Hablar de calma como característica del Gobierno cuando no existe garantía para la vida en la calle, y amenaza la disolución social, y muchedumbres uniformadas gritan ‘¡Patria, no! ¡Patria, no!; cuando a los vivas a España se contesta con vivas a Rusia, y se falta al honor del Ejército, y se escarnece a España; cuando todo eso está ocurriendo durante siete u ocho semanas, yo me pregunto: ¿Es posible tener calma? Envidio a Su Señoría, señor Azaña, por la muestra formidable de su temperamento frívolo”.
“Desde el 16 de febrero al 2 de abril se han producido los siguientes asaltos y destrozos; en centro políticos, 58; en establecimientos públicos y privados, 72; en domicilios particulares, 33; en iglesias, 36. Centros políticos incendiados, 12; establecimientos públicos y privados, 45; domicilios particulares, 15; iglesias, 106, de las cuales 56 quedaron completamente destrozadas; huelgas generales, 11; tiroteos, 39; agresiones, 65; atracos, 24; heridos, 345; muertos, 74…”
“Los efectos en el orden económico son desastrosos: el descenso en las cotizaciones bursátiles desde el 14 de febrero supone una merma de 1.936 millones de pesetas; la circulación fiduciaria en el mismo período ha subido 480 millones; la cotización de la peseta sigue en descenso; el turismo se retrae… Hay otro hecho, y es la bolchevización progresiva del partido socialista español. Si el Gobierno ha de vivir de la asistencia de esas fuerzas, no puede ser una garantía contra el comunismo, porque esos partidos quieren, lo ha dicho Largo Caballero, la conquista del Poder para el proletariado por todos los medios. En aquellos programas se propugna la socialización de la industria y la disolución del Ejército para ser reorganizado después de eliminar generales, jefes y oficiales. Las fuerzas proletarias españolas se disponen a dar un segundo paso revolucionario, que será la instauración del comunismo. [El presidente del Consejo de Ministros interrumpe a Calvo Sotelo: ‘La instauración del comunismo sería fatal para Su Señoría y para mí.] Su Señoría ha dicho una gran verdad, pero no se acomoda a ella. Y aunque sea fatal para Su Señoría y, desde luego, para mí, porque yo tengo el honor de figurar en las listas negras, lo más grave es que resultaría fatal para España; y yo, que no tengo derecho a preocuparme de la vida de Su Señoría ni de la mía, tengo la obligación de pensar en la de España…”
1 de mayo de 1936
El marxismo sale a la calles de España. En Madrid se puede ver en las manifestaciones de izquierdas grandes retratos de Lenin, Stalin, Largo Caballero… Las juventudes marxistas desfilaron uniformadas y en formación militar, destacando las consignas, que gritaban con entusiasmo los asistentes: “¡Rusia, sí, España, no! ¡Rusia, sí, España, no!…” Por su parte las mujeres, también con sus uniformes y a paso de marcha militar, gritaban a coro: “¡Hijos, sí, maridos, no!…”
En Barcelona, previniendo desórdenes, se suspendieron los actos. Días antes, el 28 de abril, fueron asesinados los hermanos Miguel y José Badía, por unos pistoleros de la FAI, por el hecho de que Miguel Badía había sido jefe de la policía de la Generalidad de Cataluña en los años 1933 y 1934, y en donde se distinguió por su lucha contra los anarcosindicalistas. Su hermano José, había desempeñado el cargo de secretario del Somatén catalán.
En Zaragoza, el 1º de mayo se inauguró un Congreso extraordinario de la CNT, en el que se acordó implantar por todos los medios el comunismo autoritario. Tras la llegada al poder, se establecería en cada localidad una Comuna libertaria que incautaría todos los bienes de producción y consumo.
3 de mayo de 1936
Las células comunistas hacen circular por Madrid el infame rumor de que las religiosas y las damas catequistas estaban repartiendo caramelos envenenados entre los niños de los obreros, para destruir de este modo la ‘simiente comunista’… El resultado fue el de varios templos asaltados y algunas monjas lesionadas.
10 de mayo de 1936
Manuel Azaña Díaz es electo Presidente. La votación fue de 754 votos a favor, 32 en contra y 88 papeletas en blanco, la mayor parte de éstas últimas, correspondía a la CEDA, que de esa forma quería evidenciar su protesta ante los graves sucesos que estaban ocurriendo en España, Al ser proclamado Azaña como Jefe de Estado, fue recibido con grandes aplausos y vivas a la República, mientras los marxistas enardecidos, daban sus gritos de vivas a Rusia y a la dictadura del proletariado, cantando a coro ‘La Internacional’. Al día siguiente Azaña prometió solemnemente el cargo en el Congreso, formando nuevo Gobierno, presidido por Santiago Casares Quiroga que a la vez asumió el Ministerio de Guerra.
Tras las palabras del nuevo Presidente del Gobierno, intervino en nombre de la minoría, Gil Robles, el cual mostró su preocupación para que el Gobierno evitase la violenta revolución izquierdista que se avecinaba.
Acto seguido tomó la palabra Calvo Sotelo:
“Señor Casares Quiroga: Su Señoría creo ha formulado en la tarde de hoy un concepto que jamás había expresado desde el banco azul. Su Señoría ha dicho que frente al fascismo el Gobierno es beligerante. Yo me he aterrado un poco al oír la frialdad con que lo decía y el calor con que los señores diputados que acompañan al señor Presidente del Consejo acogían tal afirmación de que el Gobierno se siente beligerante frente a un grupo de ciudadanos españoles. El Gobierno nunca puede ser beligerante, señor Casares Quiroga; el Gobierno debe aplicar la ley inexorablemente, y a todos. Pero el Gobierno no puede convertirse en enemigo del hombre, cualquiera que sea la situación en que éstos se coloquen, porque para castigar la delincuencia, para eso existen las leyes y el Poder Judicial, que es el encargado de aplicarlas y de sancionar a los que la infligen”.La sesión terminó con un escándalo fenomenal, destacando en sus intervenciones los diputados comunistas José Díaz Ramos y Dolores Ibárruri, que se mofaron de Gil Robles e incluso fue objeto de amenazas. Después de los discursos, se votó la confianza al Gobierno con 196 votos a favor y 96 en contra.
En un discurso pronunciado en Cádiz, Largo Caballero confirmaba lo que de él sospechaba José Calvo Sotelo:
“… Debemos apresurar la formación del ejército revolucionario para que cuando llegue otro octubre nos encuentre preparados… El momento que vive España es el más adecuado para poner en pie de guerra el ejército revolucionario…”
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