El país de las maravillas del relato cristinista
Por Fernando Laborda
Un célebre chiste propio de la época de la Unión Soviética mostraba a un ama de casa de Moscú que le preguntaba a un carnicero si podía cortarle 200 gramos de salame. "Por supuesto -le respondía el carnicero-, sólo necesito que me traiga el salame." La humorada era una respuesta a la mentira de los jerarcas comunistas, que aseguraban haber terminado con la escasez de alimentos.
El cuento ruso podría aplicarse a muchos de los supuestos logros que exhibe el relato sobre el país de las maravillas de Cristina Kirchner.
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