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jueves, 7 de enero de 2016

El filósofo Michel Foucault aceptó la ideología gay y la vertebró como un camino hacia la revolución


¿Por qué la izquierda se desentendió de la revolución social y se dedica a la ideología de género?


por Roberto Marchesini / La Nuova Bussola Quotidiana

Judith Butler es la exponente más conocida de los llamados gender studies, o estudios de género.

Muy probablemente Butler se basa en la conocida como «French Theory», como es llamado el estructuralismo en los Estados Unidos; y en especial en Michel Foucault (1926-1984), el filósofo francés que, a su vez, hace referencia a de Sade, Nietzsche y Bataille.

Normalmente se lee que el concepto butleriano de “performatividad” deriva de Foucault. Según Butler, el género es “performativo”, es decir, un papel (una performance) que, al ser repetido, nos induce a pensar que es natural.

El problema es que el concepto de “performativo”, para Foucault, es más bien distinto.

Cuando el lenguaje crea la realidad

El filósofo francés se basa en el lingüista inglés John Langshaw Austin, que divide los enunciados en "constatativos" (que describen la realidad) y los "performativos" (que crean o transforman la realidad). Ejemplos de enunciados performativos son «Yo te maldigo», «Juro...», «Prometo...».

El motivo por el cual Foucault estaba interesado en el lenguaje performativo es claro:según el estructuralismo es el lenguaje el que crea la realidad.

El verdadero vínculo entre Butler y Foucault no está aquí sino en un pasaje clave de uno de los libros más importantes de Foucault: Vigilar y castigar.

El núcleo de este libro es simple: hasta el Siglo de las Luces la justicia se ensañaba de distintas maneras con el cuerpo del reo. Con la Ilustración nace la cárcel como castigo: el cuerpo del prisionero está libre e intacto, pero su alma es vigilada, reeducada, sometida al poder.

Para Michel Foucault se trata de un castigo mucho peor respecto al precedente porque al instituir la cárcel el poder hace que el alma sea "prisión del cuerpo". Este vuelco del célebre aforisma platónico («El cuerpo es prisión del alma») es lo que vincula a Foucault con Butler.

De hecho, Judith Butler está convencida de que el cuerpo es “todopotente”, es decir, capaz de todo tipo de acto; y sólo el alma (creación e instrumento del poder) asigna al cuerpo una función, un destino.


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https://www.youtube.com/watch?v=fV8gBkh7e2A




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