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viernes, 29 de enero de 2016

“BUSQUÉ ENTRE ELLOS UN HOMBRE QUE LEVANTARA UN CERCO Y SE MANTUVIERA FIRME SOBRE LA BRECHA DELANTE MI…” EZEQUIEL 22:30


FIRME EN LA BRECHA



Una exhortación apostólica a los hombres católicos, mis hijos espirituales en la Diócesis de Phoenix


+Thomas J. Olmsted
Obispo de Phoenix

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Un llamado a la batalla

El Obispo Thomas J. Olmsted es el obispo de la Diócesis de Phoenix. Fue instalado como el cuarto obispo de Phoenix el 20 de diciembre, 2003, y es el lider espiritual de los Católicos de la diócesis.

Empiezo está carta con un llamado fuerte y claro para ustedes, mis hijos y hermanos en Cristo: hombres católicos, no duden al entrar en la batalla que se pelea alrededor de ustedes, la batalla que está hiriendo a nuestros niños y familias, la batalla que está distorsionando la dignidad tanto de hombres como mujeres. Esta batalla de seguido esta oculta, pero es muy real. Esta batalla es primordialmente espiritual pero está matando progresivamente lo que queda del carácter cristiano de nuestra sociedad y cultura, e incluso en nuestros propios hogares.

El mundo está bajo el ataque de Satanás, como lo predijo el Señor (1 Pedro 5:8-14). Esta batalla sucede en la misma Iglesia; y la devastación es demasiado evidente. Desde el año 2000, 14 millones de católicos han dejado la fe, la educación religiosa para niños en las parroquias ha bajado un 24%, la asistencia en las escuelas católicas ha bajado un 19%, el bautizo de niños ha bajado un 28%, el bautizo de adultos ha bajado un 31%, y los matrimonios sacramentales católicos han bajado un 41%.[1] Esta es una brecha muy grave, un hoyo en laslíneas de combate de Cristo. Aunque la Diócesis de Phoenix está mucho mejor que las estadísticas nacionales, las pérdidas son asombrosas.

Una de las razones claves por las que la Iglesia está vacilando bajo los ataques de Satanás es que muchos hombres católicos no han estado dispuestos a “mantenerse firmes sobre la brecha” –llenando ese espacio abierto y vulnerable al ataque. Un tercio ha dejado la fe y muchos de los que todavía son “católicos” practican la fe con timidez y un compromiso mínimo de transmitirles la fe a sus hijos.[2] Nuevas investigaciones revelan que en grandes números los hombres jóvenes católicos están dejando la fe para convertirse en “Ningunos”, hombres que no tienen afiliación religiosa. Las crecientes pérdidas de hombres católicos jóvenes tendrán un impacto devastador en la Iglesia en EE.UU. en las siguientes décadas, a medida que los hombres ancianos mueran y los hombres jóvenes no permanezcan ni se casen en la Iglesia, acelerando así las pérdidas que ya han ocurrido.

Estos datos son devastadores; porque a medida que nuestros padres, hermanos, tíos, hijos y amigos se alejan de la Iglesia, caen más profundamente en el pecado, lo cual rompe nuestros lazos con Dios y hace a los hombres vulnerables a los fuegos del infierno. Aunque sabemos que Cristo le da la bienvenida a todo pecador arrepentido, sucede que cantidades enormes de hombres católicos están fracasando en el cumplimiento de las promesas que hicieron en el bautismo de sus hijos niños de llevarlos a Cristo y criarlos en la fe de la Iglesia.

Esta crisis se hace evidente en el desaliento y la desconexión de hombres católicos como ustedes y yo; de hecho, es precisamente por eso que considero necesaria esta exhortación, e incluso la razón de mi esperanza. Porque Dios constantemente supera el mal con el bien; la alegría del Evangelio es más fuerte que la tristeza traída por el pecado. Una cultura del descarte no puede resistir la luz y vida nueva que constantemente irradia de Cristo. ¡Por eso, los llamo a que abran sus mentes y corazones a Él, el Salvador que los fortalece para permanecer firmes en la brecha!

El propósito de esta exhortación

Ofrezco esta exhortación como un aliento, un reto, y un llamado a la misión para cada hombre dispuesto en la Diócesis de Phoenix: sacerdotes y diáconos, padres e hijos, abuelos y viudos, hombres jóvenes en preparación para su vocación –a cada hombre. Con esta Exhortación, quiero dejar clara para ustedes la naturaleza de esta misión de Cristo con la guía clara de las Sagradas Escrituras, el Magisterio de la Iglesia, y el ejemplo de los santos.

Tres preguntas primordiales que quiero contestar:
  1. ¿Qué significa ser un hombre católico?
  2. ¿Cómo ama un hombre católico?
  3. ¿Por qué la paternidad, adecuadamente entendida, es tan crucial para cada hombre?

Antes de atender estas preguntas, es importante entender en el contexto preciso tres puntos cruciales.

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