1914-2014: inquietantes paralelismos
por Ricardo Benjumea
por Ricardo Benjumea
El mundo de hoy se parece demasiado a aquella Arcadia feliz de progreso que era la Europa que se despeñó por el precipicio de la I Guerra Mundial, terrible prólogo a un corto siglo XX (1914-1991) que dejó la escalofriante cifra de 190 millones de muertos en conflictos bélicos. La advertencia no es de un telepredicador fanático y alarmista, sino del semanario británico The Economist.
«Pocas veces he vivido un verano tan exuberante, hermoso y casi diría "veraniego"», escribe Stefan Zweig ("El mundo de ayer. Memorias de un europeo". El Acantilado) sobre los días previos a la Gran Guerra. En la pequeña ciudad de Baden, cerca de Viena, «ataviada con ropas claras de verano, alegre y despreocupada, la multitud se agitaba en el parque ante la banda de música. Hacía un tiempo espléndido; el cielo sin nubes se extendía sobre los grandes castaños y era un día para sentirse realmente feliz». Pero «de repente, la música paró en mitad de un compás». La gente y los músicos abandonaron precipitadamente el lugar. Acababa de llegar un comunicado anunciando que el archiduque Francisco Fernando y su esposa «habían caído víctimas de un vil atentado político» en Bosnia.
Sólo unas horas tardó en volver la normalidad. Para ser sinceros, «el heredero del trono nunca había sido un personaje querido». Pero en los días siguientes, según reflejan los periódicos, la tensión diplomática empezó a ir peligrosamente en aumento. Hasta que, de pronto, «en todas las estaciones se habían pegado carteles anunciando la movilización general». Nada hacía presagiar aún la catástrofe que se avecinaba. Al contrario. Las masas estaban entusiasmadas; se palpaba en el ambiente «algo grandioso, arrebatador, incluso cautivador, a lo que era difícil sustraerse...
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