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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Venezuela estimuló el diálogo entre Juan Manuel Santos y las FARC en Cuba. ¿Por qué no ha habido diálogo en Venezuela?


Mons. Lükcert: «Todo el que protesta es considerado enemigo, lo pone preso y lo recluye en unas pocilgas»


El obispo de la diócesis de Coro, Mons. Roberto Lückert, ha concedido una larga entrevista al periódico venezolano «El Impulso» en la que analiza la situación actual en su país.

(El Impulso/Infocatólica) «Como obispo venezolano tengo que agradecerle al Santo Padre su preocupación por la situación grave que tiene el país, mandando a un representante, para que sea interlocutor de la paz entre el Gobierno y la oposición» .Al expresar este agradecimiento, monseñor Roberto Lückert, arzobispo de Coro, entrevistado telefónicamente desde la Redacción de El Impulso, indica que la representación de El Vaticano «va a tener que darse cuenta de que es grave de toda gravedad lo que está pasando en Venezuela: la angustia de la población ante la escasez de alimentos y medicinas, la persecución y el encarcelamiento de los disidentes políticos, la suspensión del referendo revocatorio».

«Inexplicable», continúa, «que un organismo autónomo, como es el Consejo Nacional Electoral, que aprueba la recolección de firmas, selecciona las firmas válidas para que el proceso se realice y fija fecha para el revocatorio, de repente la señora Tibisay Lucena, presionada por el Gobierno, echa para atrás el referendo y crea una confusión que genera una protesta nacional».

«Pienso», dice el prelado, «que el revocatorio en este momento es parte de la exigencia del pueblo venezolano ante la grave crisis, especialmente económica, que tiene el país. Esta mañana oí que la inflación estará por encima del 500 por ciento el próximo año».

Mons. Lückert añade que «hace falta que el Gobierno cambie su modo de ejercer el poder: todo el que protesta es considerado enemigo, lo pone preso y lo recluye en unas pocilgas, donde se atropellan los Derechos Humanos».

«Este señor», manifiesta en alusión a Nicolás Maduro, a quien nunca nombró durante la entrevista, «que viene de la Santa Sede va a tener que darse cuenta de que él es el responsable de lo que está ocurriendo».

¿Y usted supone que no lo sabe o es que no tiene sensibilidad?

El problema del Presidente y los que están en el Gobierno es que temen perder el poder. Lamentablemente, el telón de fondo que tienen en este momento no es Venezuela, sino que les asusta a muchos de ellos ir presos. Sensibilidad no tienen. Ahí hay containers de medicinas en las aduanas, que fueron enviadas a Cáritas y no las dejan sacar. Esos medicamentos son para entregarlos en las parroquias.

¿Cómo observa la conducta del Presidente cuando acusa a dirigentes de oposición de terroristas y amenaza con encarcelar a diputados, precisamente cuando días antes ha hablado de estar dispuesto al diálogo y se acordó bajar el tono del discurso?

Es que el discurso del Presidente, Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello y Elías Jaua no es para dialogar. Es de exclusión para todos los que disienten de este Gobierno. Y decimos de este Gobierno no por cuestiones políticas, sino por razones humanitarias. Los hospitales no tienen medicinas. Es incontable el número de muertes por falta de tratamiento y en la calle están matando a las personas por un par de zapatos o por cualquier otra cosa de valor. El Gobierno se muestra indolente ante la crisis social.

¿Por qué no acepta el Gobierno la realidad?

Si ellos dicen con la boca grande como la de un caimán que el pueblo los apoya, ¿por qué suspenden el revocatorio? ¿Por qué se atropella la Constitución y al pueblo que quiere tomar oxígeno frente a este Gobierno que nos ha llevado a la calamidad?  ¿Cuál es el miedo que tienen de medirse si dicen tener apoyo popular? Sencillamente, no creen en la democracia. Para ellos, al igual que Fidel Castro, la democracia es un disfraz que se pusieron. Allá en Cuba tienen 55 años de dictadura y aquí ya llevamos 17.

Venezuela estimuló el diálogo entre Juan Manuel Santos y las FARC en Cuba. ¿Por qué no ha habido diálogo aquí?

Venezuela ha sido alcahueta de los guerrilleros colombianos, quienes disfrutan sus vacaciones en las fincas de dirigentes bolivarianos en la frontera con Colombia. Esa es una actitud hipócrita: ellos no creen en la paz en Colombia como tampoco en Venezuela. Agradecemos el esfuerzo que está haciendo el papa Francisco para tratar de poner las dos partes en comunión y ponernos de acuerdo en dos o tres puntos. Y uno de ellos tiene que ser el revocatorio, el cual debe salir de esa mesa como el hecho más importante para Venezuela. Además, las elecciones de gobernadores tienen que ser este año y no para el que viene. Ellos, que saben que el pueblo en este momento los rechaza porque ya no aguanta la destrucción del país, se secan la cara con la Constitución. Han llegado al extremo de proponer acabar con la Asamblea Nacional porque dicen que el pueblo no está representado ahí. Lo que no está es tolerada la sinverguenzura y la vagabundería de ellos. Están aferrados a lo que dijo el comandante eterno de que Venezuela tendría la misma felicidad de los cubanos: dictadura con disfraz de democracia.

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