Líder del lobby gay relacionado con la masonería pretende adoctrinar niños aunque no quieran sus padres
Tiene 41 años y se declara un activo militante transexual («Trans»). Su nombre es S. Bear Bergman. En su página web se presenta -entre muchos otros títulos-, como «perturbador del género». Y la razón es evidente. Sus confesiones revelan la intención totalitaria de organizaciones lesbianas, bisexuales, transexuales, (LGBTQ) y el vínculo con la logia masónica B'nai B'rith, Hijos de la Alianza. Su objetivo principal: los niños.
Bergman es uno de los fundadores de la asociación de estudiantes “Alianza Gay-heterosexual”. Hasta 2006, presidió la “Unión Nacional de Estudiantes hebreos LGBT”. Posteriormente y hasta hoy, es conferencista en varias universidades de Estados Unidos sobre la «cuestión transgénero en la perspectiva de los derechos humanos". En su web Bergman destaca haber sido invitado "para escribir el capítulo sobre la inclusión Trans en la Guía LGBTQ de la organización: Hillel Internacional».
Hillel Internacional es la mayor organización de estudiantes en el mundo judío surgida de la influyente logia judeo-masónica B'nai B'rith, Hijos de la Alianza, según se afirma en el propio portal web de esta entidad. Hillel mantiene además, contactos con más de 550 universidades de todo el mundo en Estados Unidos, Canadá, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Rusia, Ucrania, Azerbaiyán, Bielorrusia, Moldavia, Uzbekistán, Australia, Reino Unido, Austria, Alemania, Suiza, Israel. No es menor entonces, el impacto ideológico de esta alianza entre liderazgos que transgreden la antropología cristiana. Y es el propio Berar Bergman quien lo afirma.
He venido para adoctrinar a sus hijos
El 07 de marzo el periódico Huffington Post en su edición para USA publicó un artículo firmado por Bear Bergman titulado «He venido para adoctrinar a sus hijos según mi agenda LGBTQ (y no me arrepiento en absoluto)".
El artículo en su fondo es un programa, un manifiesto, una declaración de intenciones. Pero también ha sido cuestionado por organismos europeos como nocristianofobia.org, estimando que su planteamiento es una declaración de guerra contra la doctrina y enseñanzas que ha defendido Papa Francisco al señalar que la ideología de género es «un paso atrás».
Los niños, su objetivo
El plan LGBTQ expuesto por Bear Bergman, brutal, propone un cambio ya no sólo cultural, ideológico o de creencias, sino de la identidad, y desde los primeros años de la infancia…
«Lo confieso. Siempre dije que no buscaba adoctrinar a las personas con mis creencias sobre gays, lesbianas, bisexuales, transexuales y queer. Era una mentira. En mis 25 años de militancia activa y desde el primer momento, cuando tenía sólo 16 años, obstinadamente traté de cambiar la mentalidad de mi público, para que fueran como nosotros. Y este es mi objetivo único. Mi y nuestro trabajo. Deseo hacer de vuestros hijos personas como yo y mi familia, aunque esto vaya en contra de sus creencias religiosas. Quiero ser percibido en sus arquetipos emocionales como un perfecto padre y un escritor casado con otro hombre... que solía ser un tipo de muchacha… que es amable y no causa temor a nadie, digan lo que digan».La cruda verdad de estas palabras, muestra el verdadero rostro de la ideología de género y el objetivo final de los grupos mundialmente organizados LGBTQ, que -sumisos y de acuerdo con históricos enemigos de la Iglesia- trabajan para imponer su agenda. La prioridad es una agresiva campaña de «reclutamiento», que doblegando la identidad natural logre «cambiar la mentalidad de mi público, para que sean como nosotros», tal como reconoce el propio Bergman.
Totalitarismo generalizado
Este totalitarismo penetra en los países todas las capas del quehacer humano, impregna su propaganda constante y generalizada. Así lo reconoce en su columna el propio líder LGBTQ. Un orgulloso Bergman, destaca por ejemplo, que él está trabajando en una serie de seis libros para niños, en los que se muestra la realidad LGBTQ como «políticamente correcta». Se presentan, dice, textos «multiculturales», con bellos coloridos, seductores; pero por supuesto las niñas y niños -advierte Bergman- «podrán elegir su propia identidad», en una lectura «alegre y agradable página a página» (sic).
«A veces me preguntan por qué me interesé en la literatura para niños», escribe Bergman en su columna del Huffington Post, dando a continuación una categórica respuesta:
«Me pregunté ¿Cómo influenciar a los niños de manera eficaz? ¡Contándoles historias! Así fue como empecé. Quería enseñarles de la vida de las personas Trans. Sería feliz, muy feliz, si en este tema (con la lectura de los libros) los niños no están de acuerdo con sus familias. Si esto me convierte en un adoctrinador, lo acepto. Voy a ser honesto: Ni siquiera lo lamento».Luego de escuchar las 'verdades de Bergman', es claro el por qué Papa Francisco ha levantado alertas sobre la ideología de género, la acción de ciertos grupos de poder en el mundo y su convocatoria a que los católicos se fortalezcan en la oración, los sacramentos, se formen adecudamente en la doctrina,... e intervengan en la política.
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