¡Gracias, Mons. Juan C. Sanahuja, heraldo fiel del Señor de la Vida!
Mª Virginia
“El hará volver el corazón de los padres hacia sus hijos y el corazón de los hijos hacia sus padres, para que yo no venga a castigar el país con el exterminio total.” (Mal. 3, 24)
Nada es casual para el cristiano.
Tampoco creemos que sean casuales las lecturas de hoy, referidas a Juan, el Precursor. Porque hoy también Dios nos envía discípulos fieles, enteramente Suyos, para no desviar el rumbo en la tempestad, porque
El Señor es bondadoso y recto:
por eso muestra el camino a los extraviados;él guía a los humildes para que obren rectamente
y enseña su camino a los pobres.El Señor da su amistad a los que lo temen
y les hace conocer su alianza.(Salmo 25, 8-14).
La Iglesia también nos trae en este día la memoria de “otro Juan”,S. Juan de Kety, -siglo XV-, notable académico y celoso presbítero polaco, de quien hallamos palabras muy oportunas que muy bien podría hacer suyas el querido p. Sanahuja: «La tristeza no agrada a Dios. Si algún bien os he hecho en estos años, cantad un himno de alegría».
Muchos, muchos más de los que el padre Juan Claudio se imaginaría, lo echaremos de menos, Dios sabe cuánto, porque su siembra fue cuantiosísima.
Seguramente en los próximos días se multiplicarán losreconocimientos a su obra, que ha abierto los ojos de católicos de varias generaciones acerca de uno de los campos en donde más ferozmente se nos insta a librar el buen combate en nuestros tiempos: la “biopolítica”. Nos atrevemos a afirmar que casi nadie, ni laico ni consagrado, ha hablado con tanta claridad y lucidez como él, sobre estas cuestiones. Hay que admitir que muchos se extrañaban y no daban crédito, hace ya más de quince años, cuando oían al p. Juan Claudio advertir sobre el panorama siniestro que se avecinaba tras las banderas de la ideología de género.
Personalmente, damos profundas gracias a Dios por habernos dado la gracia de conocerlo y de tratarlo, y como justo reconocimiento a su labor, instamos a rogar por su eterno descanso y compartimos la semblanza que nos da su más dilecta discípula y colaboradora, Mónica del Río, en el boletín electrónicoNotivida (Año XVI, Nº 1031, 23 de diciembre de 2016):
¡GRACIAS PADRE JUAN CLAUDIO SANAHUJA!
Misa de exequias: 24 de diciembre, 10 hs, Basílica Ntra. Sra. del Pilar (Junín 1898, Recoleta)
Esta mañana y tras haber anunciado durante décadas el Evangelio de la Vida, entregó su alma a Dios el P. Juan Claudio Sanahuja.
En su trabajo empeñoso abrevaron las más de las iniciativas que se llevan adelante en el país, para la defensa y promoción de la vida humana y la familia.
Fue un luchador de la Fe que nos animó a defenderla con palabras, pero también con hechos y sin dejarnos amedrentar por las consecuencias. “Tal como están las cosas una persona que no tiene siquiera una denuncia ante el INADI debería inspirarnos desconfianza”. “¿Qué es más importante para un colegio católico, ser fiel a su identidad o evitar la demanda del profesor homosexual cesanteado?”.
Destacó reiteradamente que “la reingeniería social antinatural que intentan imponer tiene un único escollo: la religión cristiana” y describió acabadamente las nuevas formas de espiritualidad con que intentan suplantarla. Denunció sin ningún temor a los financistas del Nuevo Orden y a las mesas de consenso que marcan la agenda de la ONU.
Convirtió al boletín electrónico en una herramienta de combate. No redactaba noticias para que la gente sólo estuviera informada, advertía al desprevenido y exhortaba al militante.
Desnudó los intereses espurios de los organismos internacionales. Transmitía con generosidad las conclusiones a las que arribaba su mirada aguda tras analizar, fatigosamente, documentación profusa. Revisaba minuciosamente documentos que seguía desde su aparición como borrador inicial, hasta su publicación oficial. Forjó un estilo de trabajo que se tradujo en información veraz e incuestionable.
No especulaba con intereses mezquinos: “Acabemos con los falsos respetos humanos y llamemos a las cosas por su nombre”.
Tampoco esquivaba sinsabores: “Si es así, así hay que transmitirlo, sin edulcorarlo”.
Movilizó muchas batallas que podía anticipar perdidas, destacando el valor del testimonio. “Lo único que falta es que ellos salgan del closet y nosotros aprovechemos el hueco para meter nuestras convicciones en el ropero”.
Impulsó ruedas de enlace entre las ong provida y convocó muchas veces a manifestarse frente a ámbitos legislativos.
Al estilo de los viejos maestros formaba el “olfato” de los jóvenes: “si escuchan hablar de ecologismo, de ecumenismo, de pacifismo… comiencen a sospechar”. Trataba de abrirles los ojos para que no fueran manipulados y entonces les lanzaba frases cortas y concretas:“Salud reproductiva es aborto”. “Luchar contra la homofobia es hacer apología del homosexualismo”. “No hay manera de conjugar catolicidad con diversidad”.
Cuando le presentaban las dificultades de este tiempo no dejaba de señalar que el martirio es una gracia, pero rápidamente hacía hincapié en el esfuerzo y la entrega cotidiana, como para que nadie pueda huir del compromiso. “Lo primero es rezar y lo segundo es tener una vida coherente con los principios que declamamos”. “Lo único que tenemos que intentar es ser buenos soldados de Cristo y sostener ese intento durante toda la vida”. Junto a su lecho advertimos el intento sostenido, que ya le mereció, seguramente, la recompensa del Cielo.
Nunca puso reparos en nuestra tarea, su confianza fue plena. El mensaje fue claro, lo único vedado es arriar las banderas.
Mónica del Río
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Para quienes nunca lo han escuchado, valga como “pantallazo” de su prédica, esta conferencia del año 2015
https://youtu.be/bpzNYL-Yr9w
y esta entrevista perfectamente actual, del 2012:
https://youtu.be/1CqVgTc2ZEE
¡Nuevamente gracias por su fidelidad, padre, y hasta el Cielo!!
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