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viernes, 8 de marzo de 2019

8 de marzo de 1917 - La Scarlett Johansson de la Rusia prerrevolucionaria - acompañó a Lenin en sus distintos exilios y también en el poder.


Las cartas quemadas de Krupskaya, feminista revolucionaria, temida censora y esposa de Lenin

Acaban de cumplirse 80 años de la muerte de la devota mujer de Lenin que impulsó el Día Internacional de la Mujer y que hoy es recordada con nostalgia pero también con miedo. La llamada Scarlett Johansson prerrevolucionaria yace en un nicho del muro del Kremlin

Su nombre significa "esperanza" en ruso. Y Nadezhda Krupskaya, de cuya muerte se acaban de cumplir 80 años, fue para muchos revolucionarios eso mismo: la promesa de un mundo nuevo, el soviético, que igualaría a las clases sociales y equilibraría a ambos géneros. Un viaje que toparía con el remolino del estalinismo. Su vida ha sido reflejada varias veces en el cine, pues fue una reconocida figura del Partido Comunista de la URSS y una de las principales responsables de la creación del sistema educativo soviético.
Muy leída, pero también muy temida por su afán censor, se la considera pionera del desarrollo de las bibliotecas rusas. Pero sobre todo es conocida porque su marido, amigo, aliado y casi 'proyecto personal' fue el líder bolchevique Vladimir Ilich Ulianov, Lenin.
Krupskaya fue una feminista forjada poco a poco en el inconformismo ruso de finales del siglo XIX, cuando parecía imposible alumbrar otro régimen distinto del zarista. Sus ojos maltratados por la enfermedad vieron alzarse a las primeras obreras en tomar la calle un 8 de marzo y vieron el primer poder socialista desde dentro. Esos párpados se cerraron hace ocho décadas. Yace enterrada en la necrópolis de la muralla del Kremlin, detrás del mausoleo donde suele estar expuesto su marido (que estos días no ha estado 'visitable' por los trabajos de restauración y aseo de su cuerpo que se llevan a cabo anualmente) y también a pocos metros de la tumba deStalin, con quien tuvo desencuentros durante años y a quien algunos historiadores culpan de su muerte.
Krupskaya, nacida en 1869, formada como institutriz y procedente de una familia noble empobrecida de San Petersburgo, dedicó toda su vida a su marido, a quien conoció en los años 90 del siglo XIX. Ella tenía 21 años y comenzaba a dar clases nocturnas de alfabetización y aritmética a trabajadores de fábricas. En su libro de memorias 'Recuerdos de Lenin' cuenta que vivía en la calle Staro-Nevsky y que Lenin solía dejarse caer los domingos "para escuchar mis interminables charlas sobre mi trabajo en la escuela y las factorías cercanas", algo que a Lenin le interesaba "para conocer las condiciones de la clase obrera.
Cuando no estaba dando mítines a los obreros o leyendo y escribiendo compulsivamente, el líder revolucionario la enseñó a ella y a su círculo "a usar tinta invisible y a dejar mensajes en clave en los libros mediante un código de puntos".La policía no les quitaba ojo y en alguna ocasión viajaron juntos en el mismo vagón fingiendo no conocerse.

En 1896, Lenin le propuso matrimonio mientras ambos se encontraban en la cárcel por sus actividades subversivas. En realidad fue una imposición de las autoridades rusas para poder cumplir juntos la pena en el exilio interior. Así partió a Siberia, a Shushenskoye, con su madre y cargada de libros que le había solicitado el que después sería padre de la Revolución rusa. Allí escribió 'La mujer trabajadora', un folleto propagandístico redactado en lenguaje directo y dirigido a las obreras. En él Krupskaya defendía el carácter liberalizador del trabajo femenino y propugnaba la implantación del socialismo como única manera de acabar con la discriminación de la mujer. Está considerado el primer texto marxista que aborda específicamente la condición de la mujer en Rusia.
En Siberia, alejados del mundo, Lenin y Krupskaya trabajaron codo con codo. Se ha dicho que su relación era más una cuestión de compromiso político compartido que una apasionada historia de amor. Es difícil saberlo, pues ambos hablaron pocas veces de su vida personal.

LA SCARLETT JOHANSSON RUSA

Recientemente en Rusia una campaña en Internet dijo que era la Scarlett Johansson de la Rusia prerrevolucionaria por el llamativo parecido físico de algunas de sus fotos de joven, antes de caer enferma de hipertiroidismo. Krupskaya acompañó a Lenin en sus distintos exilios y también en el poder.
"Ilych no podía dormir cuando llegaron noticias de la Revolución, el más improbable de sus planes estaba en marcha", dejó escrito. Con la llegada del siglo XX, Ginebra fue su nuevo lugar de residencia. Allí, en 1903, se convirtió en coordinadora del consejo de redacción de la revista revolucionaria 'Iskra', la chispa con la que Lenin quería incendiar al proletariado europeo mientras se movía por Finlandia, Reino Unido y Francia, además de algún periodo en Rusia en 1905.
Sin saberlo, Krupskaya estaba creando los mimbres de lo que después sería el Partido Bolchevique de Lenin, donde ella sería secretaria y tesorera. También fue impulsora del Día Internacional de la Mujer, que se celebró en Rusia por primera vez en 1913. La huelga masiva del 8 de marzo de 1917 fue seguida por las trabajadoras textiles de San Petersburgo.
Enferma durante buena parte de su vida, Krupskaya llevó una vida personal indescifrable. Al contrario que muchos camaradas bolcheviques, no suscribía la teoría del amor libre, sino que se adhirió a la postura de Trotsky de que, bajo el socialismo, las personas vivirían de manera monógama. Pero incluso cuando Lenin empezó una relación con otra compañera política, Inessa Armand, Krupskaya no se alejó de él.
Lo sorprendente es que Nadezhda e Inessa tenían muy buenas relaciones: su lucha y compromiso político eran más importantes que su felicidad personal. Armand murió de cólera en 1920, y Lenin se apoyó en Krupskaya para salir de su desconsuelo. Cuentan que una vez muerto Lenin, en la mesilla de Krupskaya había una foto del revolucionario y otra de Inessa.

LA MUJER QUE EDUCÓ A LOS PRIMEROS SOVIÉTICOS

La primera pasión política de Krupskaya, cuando era adolescente, fue la teoría de la educación democrática del autor ruso León Tolstoy: la ciencia debía democratizarse y ponerse al servicio de la gente, en lugar de utilizarla como arma de dominación y explotación por parte de la élite. Estuvo comprometida con la mejora de la educación en todos los estamentos de la sociedad rusa y fue elegida para el departamento de Educación a la llegada al poder en Rusia del Partido Bolchevique.
Una de las pocas controversias con la que se la está recordando estos días en Rusia es que, aunque en un principio estaba en contra de la censura, después vetó, purgó y acosó a muchos autores. Krupskaya compiló su lista negra de libros que deberían ser eliminados de las bibliotecas a partir de 1920: "Exigió retirar toda la literatura 'ideológica dañina y obsoleta', comenzando por la Biblia", apunta la investigadora Oksana Gatova.
El aspa de la censura no se detuvo. Platón, Kant y Schopenhauer serían los siguientes en caer.
Especial interés puso en adoctrinar a los escolares: "El contenido de un libro para niños debe ser comunista, pues es una herramienta poderosa de la educación socialista". Uno de los que padecieron su furia fue el autor de historias en verso Korney Chukovsky. En el diario 'Pravda', Krupskaya atacó su "murmullo burgués". "Me acaban de informar sobre el artículo de Krupskaya. Pobre de mí, pobre", escribió en su diario el poeta infantil represaliado, que se vio obligado a arrepentirse en público y repudiar sus historias.
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