por Andrés Oppenheimer
- Para un visitante que regresa a la Argentina tras una ausencia de diez meses, es asombrosa la rapidez con la que han cambiado las cosas: la mayor bonanza económica de la historia reciente de este país se ha convertido en una desaceleración aguda, y el optimismo ha dejado lugar a un estado de ansiedad generalizado, que de seguir las cosas así podría convertirse en pánico. La fiesta argentina de los últimos ocho años ha terminado.
- Pese a los apasionados discursos de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en los que afirma que su difunto esposo y ex presidente Néstor Kirchner descubrió un nuevo “modelo económico” que produjo records de crecimiento del 8 por ciento anual durante gran parte de la última década —un crecimiento que casi todos los economistas atribuyen a factores externos, tales como las masivas compras chinas de las exportaciones de granos argentinos —, por todos lados se ven signos del final del boom.
elnuevoherald.com/
No hay comentarios:
Publicar un comentario