"La visión de Alexander Solzhenitsyn acerca de la Rusia proyectándose hacia el siglo XXI”
Disertación de Pablo López Herrera - Club del Progreso de
Buenos Aires - 8 de agosto de 2018
¿Quién fue Alexander
Solzhenitsyn?
¿Cuáles eran sus ideas sobre el sistema político, el
económico y las relaciones internacionales de su país luego de la experiencia
del comunismo? Aportes para reflexionar sobre nuestra época a través de
las ideas y experiencia de vida de un gran escritor y luchador por la libertad.
Introducción:
El tema que
trataremos es "La visión de Alexander Solzhenitsyn acerca de la Rusia proyectándose
hacia el siglo XXI”.
Contenido:
1 ¿Quién fue
Solzhenitsyn? - Vida
2 La nación rusa como
un imperio
3 La revolución forma
parte de un movimiento internacional que comenzó cien años antes
4 La visión del mundo
de Aleksandr Solzhenitsyn
4.1. ¿Cómo ve
Solzhenitsyn históricamente el desarrollo y la inserción del comunismo en la
historia rusa?
4.2. El comunismo
ruso continúa la revolución francesa, un jalón esencial de la cadena
revolucionaria, y aumenta la dimensión de la revolución, que pasa de europea a
mundial
4.3. ¿Para
Solzhenitsyn Cuál fue y cuál es el problema de la visión occidental de Rusia?
4.4. ¿Cuál es el
análisis y la propuesta de Solzhenitsyn para su propio país?
- · Principios
- · Régimen político
- · Religión y estado
- · Política exterior
- · Consideraciones sobre el gobierno de Rusia
- · Sistema parlamentario
- · Sistema político
- · Poder central fuerte
- · Descentralización gobernativa y restauración del zemtsvo
- · Economía
- · La conducta moral de los diputados debería servir de ejemplo
- · Representatividad
- · Fronteras de Rusia
5 El Siglo XXI
- · Últimas reflexiones públicas de Solzhenitsyn
- · Natalia Solzhenitsyn nos brinda otro aporte
- · La revolución cósmica trasciende a la revolución comunista
6. Conclusión
1 ¿Quién fue
Solzhenitsyn? - Vida
¿Quién fue Solzhenitsyn?
Alexandre Solzhenitsyn es el gran escritor clásico con quien hemos
convivido durante el siglo XX sin prestarle toda la atención que se merece.
Quizás la caída de la cortina de hierro en Europa le quitó interés. Quizás a
causa de las malas primeras traducciones al español del Archipiélago de Gulag.
Quizás por un deseo subconsciente de evitar las imágenes del sufrimiento de los
campos de concentración soviéticos y del sistema opresor. Quizás porque pensábamos
que sus relatos eran versiones similares de las historias de los campos nazis
que ya conocíamos. O quizás por la pereza intelectual de abordar la
multiplicidad de enfoques y de planos superpuestos que son características de
la forma de escribir del gran autor ruso contemporáneo.
Sin embargo, su relevancia es equivalente a la de los grandes clásicos
de todos los tiempos, y su alcance supera en mucho a las clásicas descripciones
de la vida en los campos de concentración. Fue una especie de Dante del siglo
XX, muy diferente sin duda, pero con un
nivel equivalente en el análisis y en la profundidad de los conceptos. Y con
una aguja magnética como la de la brújula, en este caso buscando siempre
señalar la verdad, el bien y la belleza.
Solzhenitsyn contempla al hombre contemporáneo en su integridad y a la
“telaraña” totalitaria que lo oprime, como algo más profundo que un mero cerco
con alambres de púa o los barrotes de una cárcel.
Es interesante e importante la lectura, el análisis y el estudio de su
obra, porque Solzhenitsyn parece haber querido cargar sobre sus hombros una
tarea de imposible cumplimiento hasta para un numeroso, calificado, aguerrido y
completo equipo de intelectuales sobresalientes, la de abarcar en su totalidad
y con la mayor profundidad posible, los grandes temas del siglo XX,
y de plantear soluciones…
Si damos crédito a quienes lo han calificado como digno sucesor de
Dostoievski y Tolstoi, y nos adentramos en su vida y obra, nos encontraremos
con una serie de guías y reflexiones que nos ayudarán e inspirarán a transitar
con mayor seguridad nuestro ya ajetreado siglo XXI. Quienes hemos
comenzado a penetrar el mundo del autor ruso, hemos ido encontrando un universo
bastante completo en el que vamos sintiendo como propios los lugares, los temas
y los hechos, de los que el mundo entero sigue siendo y será protagonista.
El carácter ruso descripto por Andrei Siniavski (La
civilización soviética pag 326):
Andrei Siniavski, que entiendo no era amigo de Solzhenitsyn nos ayuda a
entender el carácter de los rusos y ¿porque no? del escritor.
Señala cuatro aspectos que les serían propios a los rusos. El
patriotismo con la fuerza de un sentimiento religioso, una forma de ser de contornos
imprecisos, un espíritu de compasión por el mundo, y una elevada autoestima.
1.
Espíritu patriótico acendrado: “La patria es a veces para los rusos un
principio supra individual y supra nacional que se convierte en algo como un
sentimiento religioso”
2.
De límites y contornos imprecisos: el “carácter nacional ruso me parece
un poco “amorfo”, inacabado en su forma”, quizás debido a la cantidad de
influencia de extranjeros (Varegues --- griegos, tártaros, polacos, alemanes”
3.
Animados por una especie de “compasión universal”, y caracterizados por
“la aspiración a la universalidad, a la integralidad”
4.
La elevada autosatisfacción con el “ser ruso” lo transforma a este en bueno,
y cierta desconfianza respecto de otros pueblos, los lleva al confinamiento.
Vida
Toda la vida de AS es una “reflexión ascendente”. Arranca en las
realidades del mundo y de la historia, y llega a su culminación cuando llega a
encontrar el sentido más profundo de la existencia.
Fue un hombre de múltiples facetas: un pensador, un luchador, un
estratega, un trabajador infatigable un hombre de gran coraje, y un líder
ejemplar que triunfó en el medio de las mayores adversidades y con muy escasos
medios.
Si uno considerara al personaje pensando en su formación que fue también
militar, se podría ver su vida como una
sucesión de seis campañas bien diferenciadas: 1) la de su infancia y juventud, 2)
la experiencia de la guerra, 3) su periplo por los campos de concentración y el
exilio interior, 4) su primera “campaña” en Rusia que se superpone con su
explosivo crecimiento profesional como escritor, 5) su “segunda campaña” que
coincide con su residencia en los Estados Unidos, y 6) su “campaña final” otra
vez en Rusia luego de su rehabilitación.
– Infancia y juventud
y estudios - 22 años (0-22)
Desde su nacimiento en 1918 (Solzhenitsyn nació el 11 de diciembre
de 1918 en Kislovodsk (Cáucaso)
hasta 1941 en que se incorpora al ejército transcurre su infancia y
primera juventud. Es criado en la zona del Don, en Rostov, donde recibe la
herencia espiritual de su familia y termina sus estudios de Matemáticas y
Física en la Universidad de esa ciudad, donde se recibe en 1941, cuando
Alemania ataca a la Unión Soviética. Va a la guerra como un marxista
convencido.
– La experiencia de
la guerra - 4 años (22-26)
Desde 1941 hasta 1945 adquiere su experiencia práctica militar, pone en
práctica su patriotismo práctico y desarrolla su espíritu estratégico. Al fin
de la guerra es un oficial condecorado que es arrestado abruptamente.
- Gulag - 8 años
(26-34)
Desde 1945 hasta 1953 en que muere Stalin su vida transcurre en el
Archipiélago Gulag. Allí asume como propio y pone en marcha su compromiso con
las víctimas de la revolución
- Carrera exitosa
como escritor - 21 años (34-55)
Desde 1953 hasta 1974 se produce su reinserción social, desarrolla su
“artillería intelectual” y literaria, realiza su despliegue táctico en Novy Mir
y la “Sociedad de Escritores”, se convierte en escritor de fama nacional e
internacional y simultáneamente lanza sus campañas contra el régimen comunista
que lo convierten en uno de sus principales enemigos. Esta etapa culmina con el
premio Nobel y termina en su expulsión de la Unión Soviética.
- La lucha de un
desterrado - 20 años (55-75)
Desde 1974 hasta 1994, luego de una breve estadía en Europa Occidental, fija
su residencia en los Estados Unidos, su destierro forzoso. Allí culmina su obra
literaria, desarrolla y hace públicas sus ideas en discursos y entrevistas, llevando
a cabo su “campaña en terreno occidental”.
Campaña final en
Rusia - 14 años (75- 89)
De vuelta en Rusia se dedica a evaluar los daños producidos por el
comunismo, culmina su trabajo de influencia al interior de su país como si
fuera un “think tank unipersonal”, y transmite el legado de su visión sobre el
presente y futuro de Rusia y del mundo. Esta etapa transcurre desde 1994 hasta
2008, año de su muerte.
2 La nación rusa como
un imperio
Una característica de los imperios es su manejo diferente del espacio y
del tiempo respecto de las “pequeñas naciones”. En parte esto se debe al carácter
cuasi vitalicio de los gobernantes, que en los países democráticos está sujeto
al calendario electoral, en el que puede cambiarse con relativa facilidad de
gobiernos “de izquierda o de derecha”, con un claro posicionamiento
contradictorio en el espacio mundial. En este aspecto, son mas “imperiales” la
Rusia y China que los Estados Unidos.
En una entrevista reciente, el medio National Interest habló con
Konstantin Zatulin, primer vicepresidente del comité de la Duma para las
relaciones con la CEI (La Comunidad de Estados Independientes) y los ciudadanos
rusos en el extranjero, durante casi una hora el 23 de julio en su oficina de
Moscú.
Zatulin explicó que Rusia aspira a tener un mayor dominio sobre los
asuntos mundiales. "Si con la restauración del imperio ruso, uno significa
restaurar el gran papel que jugaron el Imperio Ruso o la Unión Soviética en la
vida internacional, entonces por supuesto que estaríamos felices de tener ese
papel hoy", afirmó.
El legislador ruso afirmó que tal deseo no es de ninguna manera inusual
o infame, afirmando que "si somos honestos, todos los otros actores clave
en el proceso internacional están luchando por lo mismo". Por lo tanto, ve
a las acusaciones de que Rusia se comporta como un estado pícaro como
infundadas.
Si el principal desafío o el problema político central de un gobierno es
mantener el sentido y la orientación de su poder y su capacidad de acción para
desarrollarse en la dirección elegida, me parece que durante el siglo XIX el
zarismo fue perdiendo el sentido y la capacidad de acción, mientras que los
movimientos revolucionarios fueron definiendo cada vez más su orientación y
fueron también capaces de aumentar su capacidad de acción con los medios que iban
adquiriendo. Quizás el mejor ejemplo de esto fue el acceso al poder de Lenin y
el cambio de régimen logrado por la revolución rusa.
Pero vista la historia en un marco geográfico más amplio, puede
observarse que esa vocación imperial rusa de la que hablaba el mes pasado
Zatulin, abarca todo el período zarista, sigue vigente durante el período
comunista y se mantiene luego en el post-comunismo. Por lo tanto, creo que debe
tenerse en cuenta que el alcance de la influencia y del poder ruso, mientras el
país tenga la vocación y los medios, fue, es y seguirá siendo mundial. Esto no
le impedirá tampoco seguir con el tiempo el camino de tantos imperios de este
mundo.
3 La revolución forma
parte de un movimiento internacional que comenzó cien años antes
Durante mucho tiempo se dijo que los días de la revolución cambiaron el
mundo. En realidad, el mundo y Rusia fueron cambiando durante los cien años
anteriores, que van desde Napoleón emperador en 1805, hasta la revolución de
1905 cuando detona la revolución. Esta se hará irreversible a partir de tres
acontecimientos: la guerra ruso japonesa, la primera guerra mundial y la
rebelión bolchevique en procura del poder total y del cambio radical del
sistema en 1917. La revolución produjo la ruptura del antiguo régimen, y generó
las consecuencias que harían imposible la vuelta atrás.
El proceso internacional de los cien
años anteriores comprendió el desarrollo del socialismo, del marxismo y del
marxismo leninismo, la internacionalización de la praxis revolucionaria, las sociedades
secretas, la utilización del terror como arma de disuasión en una guerra
asimétrica que se manifestó en actos de terrorismo, y magnicidios, la demonización
de la represión mediante el uso de la propaganda mediante la cual la defensa
del statu quo de mi adversario equivale a represión. (Mi lucha es la liberación
de un yugo insoportable y legitima el proceso revolucionario), el movimiento decembrista, la participación de protagonistas
como Herzen, Bakunin, Kropotkin y Chernyshevsky…
Este largo y complejo proceso desemboca en la cristalización, en Rusia,
del comunismo como ideología “aplicable” en toda su extensión. Lenin y la
facción bolchevique aprovecharon el “equilibrio inestable” del poder zarista
para “ir por todo” y cambiar radicalmente el rumbo por setenta años, transcurridos
los cuales se produjo la transición que terminó con la consolidación de Putin
en el poder.
La orientación del poder en el gobierno actual es clara y su capacidad
de acción es clara, y cada vez tiene una dirección más definida, que se aprecia
en su sistema de alianzas. Pero lo que nos interesa destacar aquí es que se
puede apreciar desde el principio de la revolución la continuidad de esta en la
forma de encarar la política exterior y el mantenimiento de la vocación
imperial.
André Siniavski en su libro “La civilización soviética”, describe con
detalle el rol “civilizador” de la revolución rusa. Esta se presenta como una
“estructura fuerte, sólida y durable que se amplió al espacio del mundo”. Siniavski
entiende que “el término civilización supone, entre otras cosas, la perennidad
y la estabilidad de formas constituidas a lo largo de un largo tiempo y
afinadas con el tiempo”.
Esa “civilización” se construyó durante todo el siglo XX y se extendió
por todo el mundo, aún en momentos críticos como el de los mismos principios de
la revolución con el derrumbe económico que conllevó o luego de la segunda guerra,
con todos sus efectos en la población y en la infraestructura. En ambos momentos, lo “racional” hubiera sido la focalización
de Rusia en su propio desarrollo interno.
Sin embargo no fue así. Desde los comienzos, la revolución asumió una
visión imperial y se organizó para la conquista. En efecto, a los pocos años
del fin de la primera guerra y aún en condiciones económicas muy precarias que
obligaron a implantar la NEP, como Nueva Política Económica con incentivos a la
actividad “privada”, el proyecto comunista ya era mundial.
Gustave Gautherot describió en su libro Le monde communiste (Spes,
Paris, 1925) este proyecto integral, y describe la proyección geográfica del plan
en marcha: “… el bolchevismo pretende ganar todo el universo y conduce contra
la civilización moderna una lucha a muerte. … la URSS… avanza en el corazón del
continente amarillo, anexa la Mongolia exterior; dirige la revolución china;
trabaja para arrancar de los imperialismos occidentales Indochina y las Indias;
sacude las barreras que la separan del Golfo de Omán, del Mar Rojo y del
Mediterráneo”.
Gautherot describe en su obra los detalles de la acción revolucionaria
en las distintas regiones del globo terráqueo, partiendo desde la misma Rusia
para continuar con Asia (Mongolia, China, Japón, Asia Meridional), África del
Norte, América, Europa (Gran Bretaña, España, Italia, Suiza, Bélgica, Holanda,
Alemania, Austria, Hungría, Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia, Estonia,
Letonia, Lituania, Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Yugoslavia, Croacia,
Bulgaria, y con el mayor detalle, Francia).
Cita a Zinoviev, Presidente del Comité Ejecutivo de la Internacional
Comunista, quien afirmaba en esos días: “…el tiempo está cerca en el que se
escuchará la convocatoria revolucionaria de Shanghái a Calcuta, de Hankow a
Madrás, de Tsing-Tao al Cairo, de Pekín a Alejandría. Y al mismo tiempo, la
llamada sonará más fuerte en Londres, New York, Paris…”
Luego de la segunda guerra mundial, y con un país todavía no recuperado
económicamente, en una estrategia votada en el congreso de Moscú de partidos
comunistas de noviembre de 1960, impulsaba Kruschev la convivencia pacífica con
las grandes potencias. Y de esta convivencia pacífica “fueron expresamente excluidos Asia, África y
América Latina, con respecto a los cuales quedó establecida la política de
fomentar las llamadas “guerras de liberación” así como “apoyar la sagrada causa
de los pueblos oprimidos en sus justas guerras antiimperialistas de
liberación”. En un discurso del 6 de enero de 1961 en Moscú, Nikita Kruschev
precisa la estrategia y reafirma el apoyo a las guerras de “liberación
nacional” en África, Asia y América Latina, la formación de frentes con los
sindicatos obreros y con todos los partidos de la liberación nacional, aunque
estos no estuvieran dirigidos por comunistas, y al uso de estrategias
electorales para alcanzar el poder sin necesidad de revoluciones violentas, con
la inclusión del “levantamiento armado, si resiste el poder gobernante”.
Acercándonos a nuestros días, el desmembramiento de la Unión Soviética y
la disolución del Pacto de Varsovia no fueron óbice para que se considere casi
como una agresión la búsqueda de
protección de los países sometidos por el régimen bajo el paraguas militar de
la OTAN y USA. Es clara y explícita la vocación por mantener y consolidar –como
mínimo- la antigua “zona de influencia”. En este sentido, la “alianza” con
China no deja de hacer recordar en el pacto Molotov-von Ribentrop y muestra
hasta qué punto llega la flexibilidad del régimen “post-comunista” para
mantener las espaldas cubiertas. Dicho sea de paso, es elocuente que el monto
del presupuesto militar americano se aproxime a los de Rusia y China sumados.
4 La visión del mundo
de Aleksandr Solzhenitsyn
Para Solzhenitsyn, la revolución rusa es la continuidad de la revolución
francesa, que fue un jalón esencial de la cadena. La Rusia tradicional con
todos sus logros es literalmente arrasada por el comunismo.
4.1. ¿Cómo ve
Solzhenitsyn históricamente el desarrollo y la inserción del comunismo en la
historia rusa?
La Rusia de los tiempos de la revolución, es ya un país inmenso, integrado
con múltiples nacionalidades, con un progreso económico importante que ha
generado en su interior nuevas clases sin representatividad política. En
particular la nueva burguesía, y la nueva población industrial y proletaria,
desenraizada del terruño.
Solzhenitsyn destaca que en
vísperas de la primera guerra, “Rusia conocía una producción floreciente, un
crecimiento rápido, una economía flexible y descentralizada donde no había
límites para elegir a que dedicarse, con un esbozo de legislación laboral, y
con una situación de los paisanos próspera como no fue nunca bajo el sistema
soviético. No había censura previa para los periódicos, y había libertad
cultural. Los intelectuales no tenían trabas en sus actividades, y se podía
manifestar todas las opiniones, confesar todas las religiones, y existía la
autonomía inviolable de los establecimientos de estudios superiores.”
Resulta interesante una descripción proveniente de Rusia sobre su
desarrollo en tiempos del gobierno de Nicolas II, que nos recuerda las
descripciones nostálgicas de la Argentina finisecular:
“A principios del siglo XX, los
periodistas occidentales que rivalizaban entre sí escribían sobre el milagro
económico ruso. El Imperio ruso estaba en la cima del mundo en términos de
crecimiento económico. Gracias al sabio gobierno del emperador Nicolás II, se
había logrado el éxito en todas las áreas de la vida del país: economía,
ciencia, educación, esferas social y militar. ¿Qué se hizo en su gobierno?: El
90% de la tierra se le dio a los campesinos;se construían por día 5.5 km de
ferrocarriles; se logra la mayor exportación de productos agrícolas en el
mundo; el rublo era la tercera moneda en el mundo y era convertible en oro; la
tasa de natalidad aumentaba en 2,5 millones por año; y para el año 1916, el 85%
de los jóvenes rusos sabían leer y escribir.”
“En el nivel de la producción industrial, Rusia ocupaba el 4 ° lugar en
Europa y el 5 ° en el mundo, cediendo a los indicadores más importantes solo a
EE. UU., Alemania, Gran Bretaña y Francia. En términos del crecimiento del
ingreso nacional y la productividad del trabajo, Rusia ocupaba el primer lugar
en el mundo. El plan de electrificación del país fue aprobado en 1909, el
comienzo de su implementación estaba planificado para 1915, pero debido a la
guerra fue trasladado a 1920. Después de la revolución, el plan GOELRO fue
apropiado por los bolcheviques. Anualmente se construyeron 2000 km de vías
férreas. El Gran Ferrocarril Transiberiano, que entró en el Libro Guinness de
los Récords como el camino más largo del mundo y que conectó el Lejano Oriente
con la parte europea de Rusia, es descendiente de Nicolás II. De 1895 a 1906,
la flota fluvial aumentó dos veces. Él era la más grande del mundo. En
términos de producción de los principales tipos de productos agrícolas, Rusia
estaba en primer lugar. Representaba el 2/5 de todas las exportaciones
mundiales de productos agrícolas. Gracias a la reforma progresiva de Stolypin,
que fue aprobada y promovida en todas las formas posibles por el
soberano, en 1916 el 90% de la tierra pertenecía a los
campesinos. Según el Censo de toda Rusia de 1917, los campesinos llevaron
a cabo el 89,3% de los cultivos y poseían el 94% de los animales de
granja. ¿Qué es, entonces, lo que proclamaba el Decreto de Lenin sobre la
Tierra? En el reinado de Nicolás II, el rublo se convertía en oro y no
dependía de las monedas de otros estados. El rublo real superaba al marco,
el franco y otras monedas extranjeras, solo detrás de la libra esterlina y el
dólar. "Rusia está obligada por un recurso de oro metálico
exclusivamente al emperador Nicolás II ", escribió el ministro del
gobierno zarista, S. Yu Witte. ¡Rusia no era un apéndice de materia
prima! El emperador prohibió categóricamente la exportación de Rusia de
bosques redondos (no tratados) y la exportación de petróleo crudo. Los
productos petrolíferos que Rusia suministraba en el extranjero y el aceite de
motor ruso eran los mejores del mundo. ¡La población de Rusia durante 23 años
del reinado de Nicolás II creció en más de 60 millones de
personas! Después de 1917, la población solo disminuyó (en 65 millones
después de la represión, las hambrunas y la Gran Guerra Patria). Hubo enormes
logros en los campos de la invención, la ciencia, la educación, la medicina, la
cultura y la esfera social. El gasto en educación y cultura creció 8 veces
durante los años del gobierno de Nicolás II y más del doble de los gastos de
Francia y 1,5 veces el de Inglaterra. La medicina era gratuita, por la
cantidad de médicos que Rusia era la segunda en Europa y la tercera en el
mundo. En 1908, se introdujo la educación primaria gratuita. Para 1916
sabía leer y escribir en el Imperio: más del 50%, entre los jóvenes, el 85%. En
el último emperador, Rusia se convirtió en el pináculo de la civilización rusa,
poseyendo poder político, económico, militar, la más alta cultura y ciencia
avanzada. ¿Podría suceder esto bajo un gobierno débil?”
En el contexto expuesto, las reflexiones y propuestas de Aleksandr
Solzhenitsyn, en sus diferentes escritos serían de gran utilidad. Lo que el
mostraba, era la necesidad para Rusia de buscar propuestas creativas para reducir
riesgo de mayores enfrentamientos con Occidente, y acompañar la acción con la
procura de una actualización del un mejor régimen político interno
4.2. El comunismo
ruso continúa la revolución francesa, un jalón esencial de la cadena
revolucionaria, y aumenta la dimensión de la revolución, que pasa de europea a
mundial
El 25 de septiembre de 1993, en unas palabras pronunciadas en ocasión de
la inauguración de un monumento construido en conmemoración a los héroes de la
resistencia de la Vendée, que fueran víctimas del levantamiento, Alexandre
Solzhenitsyn relacionaba a la revolución de 1917 con la de 1789. Decía que “la
Revolución Francesa se llevó a cabo en nombre de un lema intrínsecamente
contradictorio e irrealizable: libertad, igualdad, fraternidad. Pero en la
vida social, sucede que la libertad y la igualdad tienden a ser mutuamente
excluyentes. ¡Son antagónicas entre sí! La libertad destruye a la igualdad
social -es incluso una de sus funciones- y la igualdad restringe la
libertad, porque si no fuera así, no podríamos alcanzarla. En cuanto a la
fraternidad, no es de la misma familia. Es solo un agregado aventurado a
un eslogan y no es por disposiciones sociales que se puede construir la
verdadera fraternidad, que es de orden espiritual. …. Si la revolución del
siglo XVIII no causó la ruina de Francia, esto sólo ocurrió porque sucedió
Termidor. (El 9 de termidor del año II (27
de julio de 1794) cae Robespierre y la República
Francesa pasa del dominio de los jacobinos, al de los republicanos conservadores,
a quienes se llamará “termidorianos” (N
de T).) La revolución rusa no experimentó un Termidor que haya sido capaz de
detenerla. Ella llevó a nuestro pueblo hasta el final, hasta el abismo,
hasta el abismo de la perdición.”
4.3. ¿Para
Solzhenitsyn Cuál fue y cuál es el problema de la visión occidental de Rusia?
Para Solzhenitsyn el mundo occidental cometió errores de apreciación al
interpretar a Rusia (Carta a los
dirigentes comentada en 1980). En dos artículos publicados en Foreign Affairs
de abril de 1980 (“El peligro que hace correr a Occidente su ignorancia de
Rusia”) y en la revista Time de febrero
de 1980, señala que lo que denomina “El error de Occidente”, consiste en no
distinguir entre el comunismo en el poder y “la verdadera nación sometida”
En efecto, transcurridos seis años del destierro, Solzhenitsyn se
lamenta en un artículo para la revista Time, que para Occidente el comunismo
sea solo la forma contemporánea de un espíritu totalitario, dictatorial y
expansionista que debe ser atribuido a
la esencia del pueblo ruso. La asociación de Occidente con Stalin para derrocar
a Hitler, habría mostrado más el interés
en defender la propia libertad, que “la libertad” de todos y como principio.
Esto habría quedado demostrado con la entrega de prisioneros rusos para la
venganza del dictador, la capitulación de Yalta y el abandono “al comunismo de
una veintena de países” luego de la segunda guerra mundial.
Para Solzhenitsyn, en Rusia es necesario distinguir entre el comunismo
en el poder y “la verdadera nación sometida”. Para él, “la conciencia nacional rusa”, “el alma del
pueble ruso, no puede estar más alejada del nacionalismo militante, y el
imperio le repugna”. Así, frente a un comunismo “que no cambiará de naturaleza
y que nunca dejara de confrontar a la humanidad a una amenaza mortal”, juzga
que la distensión que Occidente acepta equivale a la abdicación. El comunismo
solo será detenido cuando este choque contra un muro, “aunque este fuese
solamente el de una voluntad inquebrantable”. Y es en este contexto que
Occidente debería ´pensar en una alianza “con el pueblo ruso, con todos los
pueblos de la URSS, con el pueblo chino y el pueblo de Cuba”
En el número de abril de 1980 de Foreign Affairs, Solzhenitsyn se
manifiesta preocupado porque entiende que Occidente está en peligro mortal por
su “rechazo obstinado en considerar la verdadera naturaleza del comunismo
durante sesenta años”. El comunismo, es irreductible por su propia naturaleza.
Y Occidente comete varios errores: primero desconoce que el comunismo es hostil
a todo lo humano, que es incurable, que no hay versiones mejoradas, que solo
puede subsistir por el terror, por lo que no se puede convivir con él, sino
solo luchar para extirparlo. En segundo término, confunde al comunismo con
Rusia, convirtiendo a esta nación en su enemigo, en lugar de guardar esta
denominación solo para el comunismo. Reclama la utilización de la palabra
“Rusia” solo para designar el pueblo dominado, con su cultura, su religión y su
conciencia nacional reprimidas, o para el país futuro, “el día en que sea
liberado del comunismo”. Y en tercer lugar, Occidente confunde a Moscú con la
Unión Soviética, cuando “la verdadera vida común a toda la Unión Soviética se
encuentra en la provincia, en el campo, o en el ejército” y no en su ciudad
capital.
El escritor atribuye la posición estadounidense en particular a la
influencia de los informadores, y a las versiones imperfectas o sesgadas de los
sovietólogos especializados. Cree que los especialistas occidentales en Rusia
no comprenden el país profundo y desconocen la historia de un país milenario,
que subyace bajo las botas del comunismo, al que ven como la continuidad del
régimen zarista, semisalvaje, sin esperanzas y solo gobernable por la fuerza
bruta por personajes como Iván el Terrible o Pedro el Grande. Según su opinión,
la imagen transmitida a la dirigencia occidental por los especialistas,
minimiza la importancia del comunismo de Lenin, Trotsky, Dzerjinski, y de
Stalin. Así, al no distinguir entre el comunismo en el poder y “la verdadera
nación sometida”, Occidente concentró su mirada en Hitler y tomó por aliado al
comunismo, a quién le cede Europa del Este y le entrega los fugitivos, los
desertores, y los rusos que prefirieron luchar como parte del ejército alemán
antes que en el ruso, pensando que la victoria sobre Rusia hubiera significado
el final del comunismo allí.
Para Solzhenitsyn el error de Occidente fue enorme. En 1980 afirma que
“treinta y cinco años después,…, los países occidentales solo se mantienen
gracias al enfrentamiento entre Rusia y China”. Predice que sería fatal hoy
(1980) “para el mundo entero que América creyera ver en los dirigentes chinos
sus aliados, y un enemigo en el pueblo ruso, confundido con el comunismo”.
Vista con la mejor voluntad la posición de Solzhenitsyn, yo veo difícil
que Occidente hubiera podido seguir sus consejos “a la letra”, teniendo en
cuenta que aunque fuera solo por los usos y costumbres de las relaciones
internacionales, los nombres de los países no se cambian según sean estos
democráticos o totalitarios. La Alemania de Hitler no dejó de ser Alemania.
Cuando el escritor desarrolla estos conceptos, faltan diez años todavía para
que caiga el comunismo en Rusia, y catorce para su regreso definitivo. A su
vuelta, pondrá a prueba sus ideas sobre la “reserva moral del pueblo ruso”, y
volvería a hablar sobre el particular.
Hoy, en 2018, han pasado 38 años de estas manifestaciones, y nos
encontramos con un pacto ruso-chino, sin ser ya Rusia un país comunista. Aunque
esto no parece haber sido previsto por el escritor, sin embargo consideraba la
posibilidad y se preguntaba premonitoriamente: “¿Y si súbitamente los dos
comunismos se reconcilian y se ponen los dos en contra de Occidente? “.
Quizás el problema para entender a Solzhenitsyn radica en que el eje de
su pensamiento está dirigido tanto a Occidente como a Rusia, y tiene que ver
con una “correa de transmisión” entre persona y sociedad: “yo no veo por mi
parte ninguna salvación para la humanidad fuera de la auto restricción de cada
individuo y de cada pueblo”. Esta idea está desarrollada en su escrito sobre
“El arrepentimiento y la moderación como categorías de la vida de las naciones”
(Des voix sous les decombres, Seuil, 1974), donde afirma que “no se puede
construir una buena sociedad sobre malas relaciones entre la gente; no se puede
construir una buena humanidad sobre las malas relaciones, sobre relaciones
malhumoradas entre las naciones. … Se trata de introducir en las relaciones
entre los estados, las reglas de la moral individual: no hagas a los demás lo
que no quieres que te hagan a ti”. Estas apreciaciones, se entienden solamente
en el marco de una transformación de la sociedad entera, necesariamente solo
posible en el largo plazo.
4.4. ¿Cuál es el
análisis y la propuesta de Solzhenitsyn para su propio país?
A principios de los 70’ s, Solzhenitsyn
escribe una Carta a los dirigentes (5.09.1973). Allí expresa el dilema
al que ve claramente enfrentada la URSS: u “optar por la expansión militar,
siguiendo el ejemplo del nazismo, o avanzar por el camino de la paz, de la
curación, del amor a la patria, de la solicitud hacia los demás pueblos”,
iniciando este camino a partir del rechazo de la ideología comunista.
Tenía clara conciencia del estado de su país: “Tal abismo de miseria
material durante cincuenta años, lleva derecho a la degeneración biológica de
la nación, a la decadencia material y espiritual, acentuada por una propaganda
política embrutecedora, por la erradicación de la religión, el aplastamiento de
todos los brotes de la cultura, la libertad solo acordada a la embriaguez, el
trabajo doblemente agotador de las mujeres, iguales a los hombres en los empleos
pero sin aparatos eléctricos en sus casas, el empobrecimiento deliberado de la
inteligencia de los niños. La decadencia de las costumbres que se convierte en
un desastre, no a causa de la perversidad del pueblo, sino porque los
comunistas lo privaron de alimento físico y espiritual.”… “Los acontecimientos
pasados y presentes han aplastado y humillado la conciencia nacional rusa”
En ese momento, Solzhenitsyn cree que serían necesarios entre 150 a 200
años de vida nacional pacífica para curar al pueblo ruso. Una “Rusia en vías de
curación haría retroceder la locura comunista”. Vista la situación desde el
punto de vista de un patriota, o de un “nacionalista ruso”, “el renacimiento y
la liberación nacional rusos provocarían primero la muerte del comunismo ruso,
y luego también la del comunismo mundial”.
Principios
En su carta a los dirigentes de
la Unión Soviética, formula algunos “principios de base de una política
razonable”, y los escribe “para que estos -o sus sucesores- ” los tengan en
consideración. Los exhorta a rechazar a la ideología pero sin renunciar ellos
mismos al poder, para - luego de 60 años de comunismo, con decenas de millones
de víctimas- poder ir alcanzando
paulatinamente la propia curación física y espiritual. La propuesta abarca
muchos aspectos de la vida social. Se trata nada menos que de “salir del abismo
moral, … salvar a los niños del adoctrinamiento, a los hombres de la ebriedad,
a la naturaleza de la polución, restablecer la educación familiar completamente
arruinada, mejorar la escuela, y salvar el idioma ruso…”
Régimen político
El sistema político en que piensa debiera ser “un régimen autoritario,
fundado en el amor a los hombres”, con “leyes fuertes que reflejen la voluntad
del pueblo”, “un régimen estable y apacible que excluya la arbitrariedad y la
tiranía, que renuncie a los procesos a puertas cerradas, a las internaciones
psiquiátricas, a las crueles mazmorras…. a los campos de concentración, y que
admita la libertad de todas las religiones”, “la libertad de edición, de la literatura
y del arte.”
Queda por descubrir cuáles serían las formas de “un régimen de
autoridad”. Solzhenitsyn no se reconoce a sí mismo ni como un político, ni como
un especialista en los engranajes del poder”. Pero señala la conveniencia de
buscar la solución en los mil años de historia del pueblo ruso, en los que se
fueron forjando lo que llama “conceptos sociales” propios como “la verdad”
(pravda) como a la justicia proveniente de Dios, no necesariamente surgida de
un escrutinio, sino a través de la construcción del consenso general alcanzado
en “Estados Generales” con delegados de las regiones, que sin ser jurídicamente
imperativo, constituía una obligación moral para el zar.
Religión y estado
Otro concepto forjado con el tiempo que entiende necesario recuperar es
el ideal social de vivir según la justicia, en un nivel superior al exigido por
la ley, y aunque no teme poner en juego también los principios religiosos,
Solzhenitsyn se defiende de la acusación de ser partidario de un “estado
teocrático” o administrado por autoridades religiosas. En 1980 afirmará
expresamente que “las tareas prácticas de la gestión del estado no pertenecen
al dominio de la religión”
Política exterior
En materia de política exterior, estima que su país “no debería querer
meterse en el destino de todos los continentes”, y “renunciar al dominio
mundial, inútil e irrealizable, al Mediterráneo, no ayudar a las revoluciones
de América del Sud, dejar en paz a África, retirar las tropas de Europa
Oriental (dicho de otra forma, dejar a los regímenes de marionetas frente a sus
pueblos, sin el apoyo de las divisiones soviéticas), no mantener ninguna de las
naciones limítrofes en el interior de nuestras fronteras y liberar a la
juventud de la obligación del servicio militar obligatorio universal”
Años más tarde, Solzhenitsyn
opinará que en 1991 se hubiera podido disolver el Soviet Supremo y
sacarse de encima al partido comunista y a la nomenklatura. Pero lo que toco,
fue una salida del comunismo dolorosa, quizás destinada a durar varias décadas.
Porque Gorbatchev, simplemente reorganizó la nomenklatura y “colocó como en un
juego de ajedrez a la parte más dócil en los mejores lugares” Discurso
Universidad de Rostov (20.9.1994)
Finalmente, en un discurso a la Duma (28.10.1994) y en otro en la
Universidad de Sarátov (13.9.1995) Solzhenitsyn expone otras consideraciones
sobre el gobierno de Rusia.
Respecto del sistema parlamentario, afirma que la historia de la Duma
sirve de advertencia para el futuro. Luego un estudio sobre la historia de la
Duma, AS estimaba que la 1era y la 2da Dumas fueron incapaces de funcionar
integradamente por su agresividad respecto de las autoridades. La 3era, durante
tres años frenó la reforma agraria de Stolypine, que hubiera podido ser
“salvadora”. La 4ta estaba apta para su funcionamiento, pero se dedicó a
derribar el poder en plena guerra. Y cuando cae el poder zarista, se terminó la
necesidad de un parlamento. Discurso a la Duma (28.10.1994)
En lo que respecta al sistema político vigente, opinaba que “salimos del
comunismo de la manera más tortuosa, dolorosa y absurda” , “los órganos
centrales del poder ejecutivo y legislativo no tienen lazos con las desgracias
del país, y la situación en la que se encuentra el pueblo no está integrada a
la elipsoide cerrada del poder” ” Los miembros de la nomenklatura se
convirtieron en demócratas, “y a esa herencia la tenemos por diez, veinte,
treinta años” (eso sería desde 1991 a 2021). La nomenklatura se ha depositado
estrato por estrato en el aparato burocrático del estado. Discurso a la Duma
(28.10.1994)
Lo que es necesario es un poder central fuerte. Este país, por su y
tamaño y diversidad de la población necesita de un poder central fuerte,
vertical, complementado con una amplia actividad política “de abajo hacia
arriba”. La constitución misma define que “la administración local depende de
la misma población”. Hay que dejar que la población elija y ejerza el poder
local. Discurso a la Duma (28.10.1994)
Descentralización gobernativa y restauración del zemtsvo
Un sistema que ha servido por siglos en Rusia es el zemtsvo, una forma
de organización que la población se da a sí misma, sobre la base que la vida de
un pueblo es un 80 % local. Hay competencias que no necesitan directivas del
poder central: caminos, puentes, correo, bomberos, puesta en valor de la tierra
(suelos), reservas de comida, stocks (silos), ayuda a los indigentes, pobres y
enfermos, servicios de salud, escuelas, bibliotecas, etc. Para que el sistema
funcione, debe haber un marco legal, el reconocimiento de los derechos en los
planos jurídico y financiero, y el derecho de propiedad. El poder central debe disminuir
a medida que se acerca al zemtsvo, y el de este a medida que se acerca al poder
central.
“La instauración del zemtsvo corresponde a la idea universal, única
justa, según la cual el poder del estado no puede ser en ningún caso la fuente
de la vida de un pueblo. Todo lo que puede hacer es ayudar o perjudicar”
Discurso a la Duma (28.10.1994) La institución
del zemtsvo, fue fundada a partir de criterios cualitativos. Eran órganos
representativos de carácter cualitativo en los que todos los grupos sociales
están representados, y que toman decisiones a partir de la persuasión mutua, no
necesariamente conformes a las leyes de la aritmética. El zemtsvo no tiene
tareas políticas ni se participa en el en nombre de un partido. Discurso
Universidad de Saratov (13.9.1995)
Actualmente, observa Solzhenitsyn, “No están claramente definidas las
relaciones entre el centro y las regiones: quince regiones sobre ochenta y
nueve no reciben subvenciones y aportan más de lo que reciben, manteniendo a
las 74 restantes. ¿Cómo desarrollarse si no hay incentivos porque es el centro
el que redistribuye? Discurso a la Duma (28.10.1994)
Economía
Para acercarnos a las opiniones de Solzhenitsyn sobre la economía, conviene
conocer su opinión acerca de Stolypine ( Primer ministro y ministro del Interior del zar Nicolás II de Rusia desde 1906 hasta 1911. Se oponía a las reformas políticas contra
a la autocracia zarista, pero trabajaba
incansablemente por la modernización de Rusia): Afirmaba de él que fue: “uno de
los más grandes hombres de estado, y sin dudas el más grande del siglo XX, y al
mismo tiempo el más vilipendiado. Era un auténtico liberal, que quería lograr
todo de manera progresiva. …. Stolypine
“condujo la reforma más importante a favor de los paisanos, mientras la
Duma estatal, tan iluminada, pasó tres años en frenar su reforma, ahogarla y en
impedir su aprobación. Todos lo odiaban, a la derecha y a la izquierda hasta
que un terrorista lo mató”.
Sin embargo, tuvo éxito en sacar a Rusia del caos completo para ponerla
en camino del mayor desarrollo que haya experimentado, “puesto que los años que
van de 1906/7 hasta 1914 representan una cima en el desarrollo de Rusia,
cualquiera sea el período que se considere, con éxitos en agricultura,
industria, en el plano social, o en lo que se quiera”.
Durante mucho tiempo hubo un debate en torno a las ideas de Speranski y
Stolypine: el punto era si había que lograr primero la constitución o primero
lograr ciudadanos económicamente independientes. Discurso Universidad de
Saratov (13.9.1995) Solzhenitsyn pensaba que “paralelamente, las medidas
económicas deben asegurar a cada ciudadano su autonomía material. La propiedad,
y sobre todo la tierra, debe volver a la gente que tiene sentido de trabajo y
la habilidad de producir. Mientas que las masas no desfruten de autonomía
económica, nunca tendremos democracia” Discurso a la Duma (28.10.1994)
La conducta moral de los diputados debería servir de ejemplo
“Da pena ver los escándalos, los boicots, las “puestas en escena” de
gestos, las chicanas que se hacen sobre los procedimientos parlamentarios, con
un trabajo legislativo que avanza débilmente con leyes superficiales” “las
Dumas de antes de la revolución, tenían salarios más modestos, no tenían
atribuidos departamentos, ni medios de transporte a su disposición, ni misiones
al exterior “suntuosamente pagas”, ni vacaciones a cargo de estado” “Los
diputados no son desgraciadamente con su ejemplo personal un modelo de
autolimitación para las demás categorías
del poder central” “El poder no es un botín para los partidos que compiten. No
es una recompensa. No existe para alimentar las ambiciones personales. Es una
pesada carga, una responsabilidad, una obligación, y un trabajo. ¡Y un trabajo!
Mientras esto no penetre en la conciencia de todos los que tienen el poder,
Rusia no va a conocer la prosperidad” Discurso a la Duma (28.10.1994)
Representatividad
En su discurso habla de la representatividad de los paisanos: “En la
3era Duma había 50 paisanos verdaderos. Hoy hay uno o dos verdaderos paisanos,
¿o son solo representantes de los kolkhozes o sovkhozes?” Discurso a la Duma
(28.10.1994)
El problema de la representatividad de las clases en el poder no es solo
de los paisanos. La sociedad va evolucionando y los grupos humanos
significativos también, así como sus propias responsabilidades: Hacia finales
del zarismo también la nobleza había desaparecido del poder de alguna manera En
el período 1875/1900, sobre varias docenas de ministros, solo hubo siete
nobles. Cuando una clase abdica de su responsabilidad dirigente o es
desplazada, en su lugar no queda el vacío y es rápidamente reemplazada.
Fronteras de Rusia
Finalmente, Solzhenitsyn realiza una advertencia sobre el mundo
musulmán, que “… está creciendo, y ese va a ser un fenómeno que va a dejar su
marca en el siglo XXI. Nosotros no tenemos nada que hacer ahí”. Discurso a la
Duma (28.10.1994)
El Siglo XXI
En su discurso a la Universidad de Rostov (20.9.1994), Solzenitsyn
estima que
“Rusia sigue teniendo un gran potencial, a pesar de que durante el siglo
XX fue decapitada de manera organizada y durante decenios, de su población más
inteligente, más dotada, más emprendedora,
y de los que de algún modo protestaron, los que pidieron justicia, los
que manifestaron su inteligencia”
“No hay que dejarse llevar por la desesperanza o el abatimiento, que son
por otra parte grandes pecados: “no hay ninguna perspectiva de porvenir; todo,
absolutamente todo, está perdido; no habremos logrado existir como nación….”
“La experiencia histórica muestra lo contrario; dese el siglo XVII,
durante “le temps des troubles” (1605/1613) (Sarátov 253) se creó un movimiento
que salvaría a Rusia constituyendo un verdadero estado, bien sólido. Y los
primeros zares, Mickhail Fiodorovitch (1613/1645) y Alexei Mikhailovitch
(1645/1676) tenían en cuenta el “zemtsvo sabor”, que ejercía una influencia
decisiva en la política del estado.” Luego vino el período “petersburgues” , en
el que se dilapidó la “energía del pueblo ruso en empresas sin la menor
utilidad. Este período abarca desde 1703, año de la fundación de San
Petersburgo hasta 1921.” Para AS “durante siglos Rusia participó en los “juegos
europeos” sin necesidad y a fines del siglo XVIII el país estaba “cansado”
luego de Pedro el Grande (1674/1725), Anna Iannovna (1730/1740), Elisabeth
Petrovna (1741/1762) y Catalina II (1762/1796). Finalmente transcurrieron los
setenta “años de pesadilla” del período soviético.”
Solzhenitsyn opinaba que en 1991
se hubiera podido disolver el Soviet Supremo y sacarse de encima al partido
comunista y a la nomenklatura. Pero lo que toco, fue una salida del comunismo
dolorosa, quizás destinada a durar varias décadas. Gorbatchev, simplemente habría reorganizado
la nomenklatura y “colocó como en un juego de ajedrez a la parte más dócil en
los mejores lugares” (Discurso Universidad de Rostov (20.9.1994))
5 El Siglo XXI
Solzhenitsyn se pregunta ¿a quién
pertenecerá el Siglo XXI? Y se responde: “El siglo XXI podrá no ser mejor que el Siglo
XX. En Occidente hay un progreso material, pero las almas se convierten en
desiertos. El Siglo XXI será el teatro de un conflicto entre el 3er mundo y la
“raza blanca”. Si no elevamos el espíritu y no somos más fuertes interiormente,
estaremos condenados a perecer. Aquí en Rusia, si no curamos nuestras heridas
no encontraremos la salud económica, y seremos como lobos que se devoran entre
sí.” (Discurso Universidad de Sarátov (13.9.1995))
Últimas reflexiones
públicas de Solzhenitsyn
Quizás una de las últimas reflexiones públicas de Solzhenitsyn, a los 87
años, están contenidas en la entrevista del Figaro de 1 de diciembre de 2006.
En ella, el escritor se pregunta: “¿Dios quiso que todo esto suceda? La
respuesta es que “La revolución bolchevique de octubre de 1917, fue una
consecuencia directa y absolutamente inevitable de la revolución de febrero.
¿Dios quiso que las cosas pasaran así? Dios nunca nos quitó la libertad de
elección que nos fue dada desde antaño. Nosotros mismos creamos nuestra propia
historia, nosotros mismos nos empujamos hacia el hoyo. Y lo necesario o absurdo
de los sufrimientos depende de la capacidad de la gente y de los pueblos que extraen
de los hechos las lecciones que surgen. Para hablar de la historia del mundo en
general, considero que, si la revolución rusa no se hubiera producido, otra
revolución semejante habría estremecido inevitablemente el mundo, como
prolongamiento de la Revolución Francesa del siglo XVIII. Porque los hombres no
pueden evitar de tener que pagar por la pérdida del sentido de auto
restricción, del dominio de los propios deseos y exigencias; por la codicia sin
mengua de los poderosos y de los ricos (no solamente la de los hombres sino
también la de los estados); por el agotamiento de los sentimientos de bondad
humana.”
Con referencia al porvenir se le efectúa la pregunta siguiente: “¿cuál
es el futuro de Rusia? ¿la democracia o un Estado autoritario construido sobre
el modelo chino? ¿Rusia tiene algo que enseñar a otros países? ¿Y a la inversa,
hay algo para enseñar a Rusia? ¿Rusia debe acercarse a Occidente, o bien
encontrar su propio camino, su propio modelo político?”
Y Solzhenitsyn responde: “El futuro de Rusia me inquieta mucho. No me
propondré pronosticarlo. Sus preguntas se remiten principalmente a la estructura
social. Y aunque este aspecto sea muy importante, la estructura moral es más
importante que todo. En cuanto a la democracia que deseo para Rusia, propuse un
modelo en 1990 en “Cómo reordenar nuestra Rusia”. La edificación de una
estructura democrática que arranque desde las administraciones locales
autónomas hasta las medidas que se tomen en el nivel nacional. La excelente
organización y la actividad de la administración local en numerosos países
occidentales son un ejemplo, que llamo siempre a seguir a mis compatriotas. Mi
modelo se distingue del parlamentarismo de los partidos que predomina en
Occidente. Considero la existencia de partidos políticos, únicamente ocupados
en obtener el poder, no como uno beneficio sino como una calamidad. Por el momento,
el plan que propuse fue letra muerta. Pero me gustaría ver la futura democracia
rusa precisamente de este modo y no como un calco de Occidente.”
Natalia Solzhenitsyn
nos brinda otro aporte
En Putin y el alma rusa, una entrevista publicada el 9 de mayo de 2018
se le pregunta a su viuda Natalia Solzhenitsyn: Cuando murió en 2008, ¿estaba preocupado por el curso de los
acontecimientos en Rusia?
Respesta: “Estaba muy preocupado. Había entendido que la Guerra Fría iba
a volver y que Rusia había cometido muchos errores, al igual que Occidente al
rodearla de bases militares. Recuerde las primeras líneas de “Reconstruyendo a
Rusia”: "El tiempo finalmente se ha agotado para el comunismo. Pero su
edificio de hormigón aún no se ha derrumbado. Y debemos tener cuidado de no ser
aplastados bajo sus escombros en lugar de concentrarnos en ganar la libertad”. Eso
es exactamente lo que está sucediendo, y especialmente en las mentes de las
personas. El amor por Stalin y la nostalgia por el final de la URSS tienen un
aspecto de protesta. Las promesas de la década de 1990 no pudieron mantenerse.
La introducción de la economía de mercado sin preparación se convirtió en un
atraco. Eso es trágico. Rusia atraviesa un período que ningún otro país ha
pasado. Necesita ayuda, pero no ayuda dictatorial y condescendiente, como lo ha
estado haciendo Estados Unidos con el FMI. El gran error de los Estados Unidos
fue pensar que había ganado la Guerra Fría y que Rusia ya no sería un jugador.
Un enfoque catastrófico! Porque cuando Rusia se siente presionada resurge como
una primavera. Y se sentía humillada y rodeada. Gran parte del apoyo a Putin se
puede explicar por este sentimiento de humillación. “La viuda de Solzhenitsyn opinó
también que.” el radicalismo es parte del carácter nacional de Rusia”
La revolución cósmica
trasciende a la revolución comunista
Para terminar, nos referiremos a la visión del mundo en su sentido más
amplio para Solzhenitsyn
Todos los seres humanos habitamos en tres realidades superpuestas: 1) la
de nuestra historia personal, 2) la de la época y lugares en que nos toca
vivir, y 3) las del mundo sobrenatural, del que solo es consciente quien tenga
fe.
Alexander Solzhenitsyn fue capaz de ir entendiendo y asimilando a lo
largo de la vida la existencia de estas tres dimensiones en su propia obra.
Elabora y pule sus conocimientos a lo largo de su vida, y lo va volcando en sus
libros, que son autobiográficos, que analizan la historia del siglo y que
tienen también una perspectiva espiritual.
Su pensamiento es ascendente y se mueve en tres círculos concéntricos:
el del mundo de la realidad, el del pensamiento, y en el mundo sobrenatural. Se
podría decir que toda su obra tiene a la "realidad", a toda la
"realidad", como "fuente" y como referencia principal. Si
la realidad es "irrebatible" y "la única verdad es la
realidad", el acercarse a la realidad para conocerla en todos sus aspectos
es el mejor método para acercarse a la "verdad". Y en la realidad
está comprendido el mundo sobrenatural. Y para entender a la revolución como la
entendía Solzhenitsyn, hay que ascender en el conocimiento.
En su discurso de Harvard, afirma Solzhenitsyn que ya ha comenzado un combate físico y
espiritual por nuestro planeta, en el cual las fuerzas del mal han comenzado su
ofensiva decisiva, y que este combate es de naturaleza cósmica.
Para el mundo cristiano, la historia del mundo que nos concierne particularmente,
comienza tal como fuera relatada en el Génesis, y ya desde entonces tiene
naturaleza cósmica, esto es universal.
Resulta significativo que -ya en 1872- Dostoyevski toma como inspiración
para su novela Los demonios, un crimen “que se produjo en Moscú a
finales de 1869 en el que Serguéi Necháyev, revolucionario y
terrorista, anarquista y nihilista, asesinó por diferencias ideológicas, a Iván Ivanov,
estudiante y compañero en la célula revolucionaria a la que ambos
pertenecían.”
Parece querer señalar Dostoyevski que las ideas liberales que
predicaba la intelligentsia rusa en la década de los 40 habrían sido
las semillas “de los brotes de nihilismo en la generación posterior”, de los
que germinaron personajes como los protagonistas de su novela, posiblemente
inspirados en los círculos de anarquistas que Dostoyevski conocía bien.
Estos personajes, no son simples protagonistas de una aventura meramente
“humana”. Explica Fiódor Dostoyevski: “Un hombre que se aleja de
su gente y sus raíces nacionales también pierde la fe en sus ancestros y su
Dios, bien, si quieres saberlo, este es en esencia el tema de mi novela. Se
llama Los demonios y describe cómo estos demonios entraron en la
piara de cerdos.” Fiódor Dostoyevski, 1870. (Leatherbarrow,
2000, p. 30)
La vigencia de los temas y de los personajes llamó la atención de Camus,
a quien se le atribuyera la famosa afirmación, sin poderse afirmar cuando la
habría pronunciado: “El siglo XXI será espiritual, o no será” : “Los
endemoniados es una de las cuatro o cinco obras que yo pongo por encima de
todas las demás. En más de un aspecto, puedo decir que me alimenté de ella y
que con ella me he formado... Las criaturas de Dostoievski, lo sabemos bien
ahora, no son ni extrañas ni absurdas. Se parecen a nosotros, tenemos el mismo
corazón.” ( Albert Camus. Brody, 1975,
p. 291)
Si queremos entender a la realidad y a la revolución al modo de
Solzhenitsyn, debemos ascender en el conocimiento. Al recibir el premio
Templeton afirma el escritor: ("Los hombres han olvidado a Dios" El
discurso de Templeton - 10.5.1983)
- “Godlessness: the First Step to
the Gulag”. Templeton Prize Lecture, 10 May 1983 (London).
“Hace más de medio siglo, cuando
todavía era un niño, recuerdo haber escuchado a varias personas mayores ofrecer
la siguiente explicación de los grandes desastres que habían sucedido a
Rusia: Los hombres se han olvidado de Dios; Por eso ha ocurrido todo
esto. Desde entonces he pasado casi cincuenta años trabajando en la historia de
nuestra Revolución; En el proceso he leído cientos de libros, he
recopilado cientos de testimonios personales, y ya he contribuido con ocho
volúmenes de mis propios esfuerzos para despejar los escombros dejados por ese
trastorno. Pero si se me pidieran hoy que formulase lo más concisamente
posible la causa principal de la revolución ruinosa que tragó unos sesenta
millones de nuestros pueblos, no podría decirlo con más precisión que
repetir: Los hombres se han olvidado de Dios; Por eso ha ocurrido
todo esto.
Es más, los acontecimientos de la Revolución Rusa sólo pueden
comprenderse ahora, a finales del siglo, en el contexto de lo que ha ocurrido
desde entonces en el resto del mundo. Lo que surge aquí es un proceso de
significación universal. Y si se me pidiera que identificara brevemente el
rasgo principal de todo el siglo XX, aquí también no podría encontrar
algo más preciso y conciso que repetir una vez más: Los hombres se han olvidado
de Dios.
Las fallas de la conciencia humana, privadas de su dimensión divina, han
sido un factor determinante en todos los crímenes más importantes de este
siglo. La primera de éstas fue la Primera Guerra Mundial, y gran parte de
nuestra situación actual puede remontarse a ella. Era una guerra (cuyo
recuerdo parece desvanecerse) cuando Europa, repleta de salud y abundancia,
cayó en una furia de auto-mutilación que no pudo menos que socavar su fuerza
durante un siglo o más, y tal vez para siempre. La única explicación
posible para esta guerra es un eclipse mental entre los líderes de Europa
debido a su pérdida de conciencia de un Poder Supremo sobre ellos. Sólo un
amargo impío podría haber movido estados ostensiblemente cristianos para
emplear gas venenoso, un arma tan obviamente más allá de los límites de la
humanidad.
El mismo tipo de defecto, el defecto de una conciencia carente de toda
dimensión divina, se manifestó después de la Segunda Guerra Mundial cuando
Occidente cedió a la tentación satánica del "paraguas
nuclear". Era equivalente a decir: "Hagamos caso omiso de las
preocupaciones, liberemos a la generación más joven de sus deberes y
obligaciones, no hagamos ningún esfuerzo por defendernos, por no hablar de
defender a los demás, detengamos nuestros oídos ante los gemidos que emanan del
Oriente y Vivamos en cambio en la búsqueda de la felicidad. Si el peligro
nos amenaza, estaremos protegidos por la bomba nuclear; Si no, entonces
deja que el mundo se queme en el infierno con todo lo que nos importa. El
lamentable estado de indefensión al que se ha hundido el Occidente
contemporáneo se debe en gran medida a este error fatal: la creencia de que la
defensa de la paz no depende de los corazones fuertes y de los hombres firmes,
sino únicamente de la bomba nuclear...
El mundo de hoy ha alcanzado una etapa que, si hubiera sido descrita a
siglos anteriores, habría provocado el grito: "¡Este es el
Apocalipsis!" Sin embargo, nos hemos acostumbrado a este tipo de
mundo; Incluso nos sentimos como en casa.
Dostoievski advirtió que "los grandes acontecimientos podían venir
sobre nosotros y captarnos intelectualmente desprevenidos". Esto es
precisamente lo que ha sucedido. Y predijo que "el mundo será salvo
sólo después de haber sido poseído por el demonio del mal". Si
realmente se salvará, tendremos que esperar y ver: esto dependerá de nuestra
conciencia, de nuestra lucidez espiritual, de nuestros esfuerzos individuales y
combinados frente a las circunstancias catastróficas. Pero ya ha sucedido
que el demonio del mal, como un torbellino, triunfa alrededor de los cinco
continentes de la tierra...
En su pasado, Rusia conocía una época en que el ideal social no era la
fama, ni las riquezas, ni el éxito material, sino un modo de vida
piadoso. Rusia fue entonces empapada en un cristianismo ortodoxo que
permaneció fiel a la Iglesia de los primeros siglos. La ortodoxia de ese
tiempo sabía cómo proteger a su pueblo bajo el yugo de una ocupación extranjera
que duró más de dos siglos, mientras que al mismo tiempo defendía los golpes
inicuos de las espadas de los cruzados occidentales. Durante estos siglos
la fe ortodoxa en nuestro país pasó a formar parte del patrón mismo del
pensamiento y la personalidad de nuestro pueblo, las formas de vida cotidiana,
el calendario de trabajo, las prioridades en cada empresa, la organización de
la semana y del año. La fe era la fuerza formadora y unificadora de la
nación.
Pero en el siglo XVII la ortodoxia rusa fue gravemente debilitada por un
cisma interno. En el siglo XVIII, el país fue sacudido por las
transformaciones impuestas por Pedro, que favorecieron la economía, el Estado y
los militares a expensas del espíritu religioso y de la vida nacional. Y
junto con esta iluminación petrina desfasada, Rusia sintió el primer olor del
secularismo; Sus sutiles venenos impregnaron a las clases cultas en el
curso del siglo XIX y abrieron el camino al marxismo. Para la época de la
Revolución, la fe prácticamente había desaparecido en los círculos cultos
rusos; Y entre los ignorantes, su salud estaba amenazada.
Fue Dostoievski, una vez más, quien sacó de la Revolución Francesa y su
aparente odio a la Iglesia la lección de que "la revolución debe comenzar
necesariamente con el ateísmo". Eso es absolutamente
cierto. Pero el mundo nunca antes había conocido una impiedad como
organizada, militarizada y tenazmente malévola como la practicada por el
marxismo. Dentro del sistema filosófico de Marx y Lenin, y en el centro de
su psicología, el odio a Dios es la principal fuerza impulsora, más fundamental
que todas sus pretensiones políticas y económicas. El ateísmo militante no
es meramente incidental o marginal a la política comunista; No es un
efecto secundario, sino el pivote central.”
6. Conclusión
Para terminar, vemos un mensaje del escritor contenido en toda su obra, que
quizás se pueda resumir en una sola pregunta: “Hombre ¿qué haces con tu
libertad?”. Leyendo a Solzhenitsyn juntamos elementos como para comenzar a
responderla desde una perspectiva personal, y con un enfoque diferente. Porque
para Aleksandr Solzhenitsyn, “la línea que separa el bien del mal no pasa entre
Estados, ni entre clases, ni entre partidos políticos sino que atraviesa cada
corazón humano”. Allí está el problema, y allí parece residir la solución.
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