lunes, 9 de diciembre de 2019

Solzhenitsyn: mundo ruso y mundo occidental



3.4.   El mundo ruso y el mundo occidental

-  Discurso en Zúrich, en la recepción del “Cliché d´Oro” – 31 de mayo de 1974

Aunque Solzhenitsyn tenía una visión sobre “Occidente” y otra visión sobre “el mundo ruso”, siempre tuvo también en consideración un “recorrido” a través de la historia con elementos e influencias comunes.

Así lo manifestó en el mismo momento de pasar al oeste, en un discurso pronunciado en Zúrich al recibir el premio "Cliché d’Oro" ("Matriz de Oro"), otorgado por la Unión de la Prensa Católica Italiana por sus actividades de resistencia al totalitarismo en la Unión Soviética. [1] Fue el 31 de mayo de 1974, a los tres meses y medio de haber sido expulsado Solzhenitsyn por la fuerza de la Unión Soviética.

El discurso –presentado por Daniel J. Mahoney en febrero de 2019- fue traducido por el hijo de Solzhenitsyn, Stephan, y en el afirmaba que "... el principal peligro no es que el mundo esté dividido en dos sistemas sociales alternativos, sino que ambos sistemas están afectados por una enfermedad común, y por lo tanto ninguno de los sistemas augura un resultado saludable con su actual visión  del mundo. Esta enfermedad ha evolucionado orgánicamente  a través de toda la evolución de los países individuales, a lo largo de varios siglos, y ha entrado en el tejido mismo de la humanidad moderna. Y si tomamos un punto de vista desde la distancia, podemos rastrear su camino. Nosotros, todos nosotros, toda la humanidad civilizada, hemos estado sentados y sujetados a un único carrusel, rígidamente interconectado, y hemos emprendido un largo viaje orbital. Como niños pequeños montados en los caballos del carrusel, pensamos que este viaje sería interminable, siempre hacia adelante, solo hacia adelante, nunca hacia los lados ni en zigzag. Este viaje orbital ha ido recorriendo el Renacimiento, la Reforma, la Ilustración, las sangrientas revoluciones físicas, las sociedades democráticas, los proyectos socialistas, y tuvo que ocurrir porque la Edad Media no pudo, en su tiempo, mantener el rumbo de la humanidad; porque la implantación en la Tierra del Reino de Dios se impuso por la fuerza, y se revocaron los derechos personales esenciales a favor del Todo. Fuimos arrastrados violentamente, forzados hacia lo espiritual, y así arrancamos y nos zambullimos, de cabeza y sin límites, en lo Material. Así comenzó una larga era de individualismo humanista, la construcción de una civilización basada en el principio de que el hombre es la medida de todas las cosas, que el hombre está por encima de todo”.

-   Entrevista para Forbes Magazine[2] - Vermont 1994

Poco antes de su vuelta a Rusia, Solzhenitsyn acepta una entrevista a Forbes Magazine en su casa de Vermont con Paul Kabnikov, en la que opina sobre la nueva Rusia que emerge luego de setenta años de gobierno comunista. Responde con detalles y precisión quirúrgica a preguntas sobre las relaciones con Occidente, y en particular con los Estados Unidos.

El periodista se plantea inquietudes respecto de un “imperialismo ruso” verificable más allá del comunismo, que derivaría en la necesidad de plantear una estrategia de confrontación, origen del antagonismo posterior a la 2da guerra mundial. En sus respuestas, Solzhenitsyn despliega una batería de argumentos que dificultan encontrar una plataforma de consensos sobre la cual fundar conclusiones claras y definitivas.
Nuevamente ratifica la diferencia que hace entre régimen comunista y pueblo ruso, en la que el primero habría sido una especie de “colonizador” del pueblo ruso. Solzhenitsyn tiene la imagen de una gigantesca caparazón que ha oprimido a un organismo vivo, que debía haber sido tratada de un modo diferente, y que nunca se defiera haber identificado o confundido al régimen con la nación rusa, el único, genuino, verdadero y legítimo interlocutor posible.

Sin embargo, quedan claros los límites geográficos que Rusia debería abarcar para el escritor.
Respecto de las fronteras se le pregunta: “¿Dónde, entonces, ve usted las fronteras de Rusia? ¿Qué áreas deberían estar unidas con ella?”. Respuesta: “Ya en 1990 escribí que Rusia podía desear la unión de solo las tres repúblicas eslavas [Rusia, Ucrania, Bielorrusia] y Kazajstán, mientras que todas las demás repúblicas deberían ser dejadas de lado. Sería deseable que [una Unión Rusa resultante] se convirtiera en un estado unitario, no en una confederación frágil y artificial con una enorme burocracia supranacional, como propuso recientemente Nazarbayev. Eso es sólo humo y espejos.”

Respecto de los efectos de la independencia de Ucrania se le pregunta:  “¿Por qué debilita a Rusia la independencia de Ucrania?”. Respuesta: “Como resultado de la repentina y cruda fragmentación de los pueblos eslavos entremezclados, las fronteras han roto millones de lazos de familia y amistad. ¿Es esto aceptable? Las recientes elecciones en Ucrania, por ejemplo, muestran claramente las simpatías [rusas] de las poblaciones de Crimea y Donets. Y una democracia debe respetar esto. Yo mismo soy medio ucraniano. Crecí con los sonidos del habla ucraniana. Amo su cultura y deseo sinceramente todo tipo de éxito para Ucrania, pero solo dentro de sus límites étnicos reales, sin tomar las provincias rusas. Y no bajo la forma de un "gran poder", que es el concepto al que han apostado los nacionalistas ucranianos. Están actuando y pregonando un culto a la fuerza, inflando persistentemente a Rusia como la imagen de un "enemigo". Se proclaman consignas militantes. Y el ejército ucraniano está siendo adoctrinado con la propaganda de que la guerra con Rusia es inevitable. Para todo país, asumir el estado de gran potencia deforma y daña el carácter nacional. Nunca he deseado un gran poder para Rusia, y no lo deseo para los Estados Unidos. No lo deseo para Ucrania. Ella no podría realizar ni siquiera la tarea cultural requerida para alcanzar un gran estatus de poder: en sus fronteras actuales, el 63% de la población considera que el ruso es su idioma nativo, un número tres veces mayor respecto del número de rusos de  raza. Y todas estas personas tendrán que ser reeducadas en el idioma ucraniano, mientras que el idioma en sí tendrá que elevarse a los estándares y usos internacionales. Esta es una tarea que requeriría más de 100 años.

Y en cuanto a la identidad rusa y la rivalidad con los Estados Unidos se produce el siguiente diálogo:

Pregunta: “Por cierto, ¿qué es Rusia? ¿Un concepto étnico, religioso, lingüístico o cultural?”
Respuesta: “Rusia es una combinación de muchas naciones, grandes, medianas y pequeñas, que comparten el idioma ruso y una tradición de tolerancia religiosa. Los estratos sociales educados de estas naciones también comparten la cultura rusa, que ha alcanzado un alto nivel de sofisticación y es de gran importancia internacional. Ya antes de 1917, el aparato de gobierno de Rusia estaba compuesto por muchas nacionalidades y clases sociales.”
Pregunta: “¿Ninguna de esas naciones constituye una amenaza para los Estados Unidos?”
Respuesta: “Si miramos hacia el futuro, podemos prever en el siglo XXI, en un momento en que los Estados Unidos y Europa necesitarán desesperadamente a Rusia como aliado.
Pregunta: “Esa es una aseveración desconcertante.”
Respuesta: Es desconcertante solo para aquellos que no miran hacia el futuro y no ven qué tipo de nuevos poderes están surgiendo en el mundo.
Pregunta: “En el corazón de todo esto hay una pregunta central: ¿qué pasa con Rusia y los Estados Unidos? ¿Somos rivales históricos?”
Respuesta: “Antes de la revolución [rusa], eran aliados naturales. Usted sabe que durante la Guerra Civil Americana, Rusia apoyó a Lincoln y al Norte [a diferencia de Gran Bretaña y Francia, que apoyaron a la Confederación]. Luego, fuimos efectivamente aliados en la Primera Guerra Mundial. Pero a partir del comunismo, Rusia dejó de existir. ¿De qué hay que hablar allí? La confrontación no fue en absoluto con Rusia, sino con los comunistas de la URSS .”
Pregunta: “Mucha gente en Occidente piensa que no fue el comunismo, sino el imperialismo tradicional ruso lo que llevó a Stalin a tomar Europa del Este.”
Respuesta: “¡Absolutamente no! No fue el imperialismo ruso, que en el pasado solo expandió un poco sus fronteras. Fue el imperialismo comunista, que pretendió apoderarse del mundo entero. Sin embargo, un documento oficial de los Estados Unidos de 1959, la Ley 86-90, no incluye a Rusia en la lista de naciones oprimidas por el comunismo. Por el contrario, el "imperialismo ruso", no el comunismo, es tenido por responsable de la conquista de unos 20 países, incluso China, el Tíbet y algún lugar inventado llamado "Kazakia". Uno se sorprende de que esta tonta ley todavía esté en los libros, incluso hoy en día.”
El rechazo de la responsabilidad del pueblo ruso por las acciones de los comunistas, lo lleva incluso a tomar como de un invasor extranjero las actividades rusas en África y en América Latina:  “¿Cuándo estuvo Rusia en África? ¿Cuándo quiso Rusia arrebatar a Angola o Cuba? ¿Cuándo estuvo ella en América Latina? La Rusia histórica nunca ha tratado de apoderarse del mundo, mientras que los comunistas tenían precisamente este objetivo.”







[1] https://www.nationalreview.com/2019/01/aleksandr-solzhenitsyn-decries-materialism-modern-society/
[2] This interview was first published as "Zhirinovsky Is An Evil Caricature Of A Russian Patriot--An Interview With Aleksandr Solzhenitsyn," by Paul Klebnikov, in the May 9, 1994, issue of Forbes magazine. - https://www.forbes.com/2008/08/05/solzhenitsyn-forbes-interview-oped-cx_pm_0804russia.html#664eae035f53

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