Translate

martes, 12 de noviembre de 2013

La candidata presidencial Michelle Bachelet quiere enmendar la Constitución para expandir el Estado de bienestar


Chile se dispone a dar un giro
 hacia la izquierda

por Mary Anastasia O'Grady


El alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, y el presidente de Chile, Sebastián Piñera, son multimillonarios. Ambos hicieron campaña como candidatos de centro derecha y tienen fama de tener un estilo de gobierno arbitrario y caprichoso.

Ahora parece probable que tengan una cosa más en común: sucesores provenientes de la izquierda dura. El martes pasado, Bill de Blasio, un defensor de los sandinistas, se impuso en las elecciones a la alcaldía de Nueva York. Las encuestas sugieren que la ex presidenta Michelle Bachelet, quien se postula nuevamente al cargo, triunfará en la primera vuelta de los comicios de este domingo en Chile. No sólo es socialista, sino que es la candidata de la Nueva Mayoría, una coalición que incluye al Partido Comunista así como a una debilitada Democracia Cristiana.

El ascenso del populismo después de los gobiernos de Bloomberg y Piñera no constituye ninguna sorpresa. Tanto el alcalde de Nueva York como el presidente chileno se han mostrado reacios a defender los derechos individuales cuando creen que saben mejor. ¿Es de extrañar entonces que ambos electorados crean que las elecciones les dan carta blanca a los mandatarios?

Bloomberg llevó sus excentricidades a extremos al hacer campaña, por ejemplo, contra las gaseosas. También se mostró excesivamente tolerante con las violaciones cometidas por el movimiento Occupy Wall Street contra las libertadas civiles de los neoyorquinos, aunque restauró el orden cuando la situación amenazaba con descontrolarse.

Los caprichos de Piñera han sido más peligrosos. Durante los primeros días de su gobierno, puso fin a la construcción de una planta de electricidad a carbón, tal como pedían los ambientalistas que protestaban en las calles. GDF Suez GSZ.FR -0.46%había invertido US$15 millones en evaluaciones y en procesos para superar las barreras regulatorias. Piñera, sin embargo, se puso del lado de los manifestantes y le hizo una "sugerencia", tal y como lo explicó en una visita a las oficinas de The Wall Street Journal en septiembre, al máximo ejecutivo de la compañía de que trasladara la planta. El proyecto se canceló y los inversionistas se marcharon.

No cabe duda de que el presidente cree que salió de manera brillante de una difícil situación política. Pero hacer caso omiso a un fallo institucional con tal de satisfacer los deseos de la turba fue un error. La oposición se dio cuenta de que lo podía devorar mediante manifestaciones callejeras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario