Un estudio del centro sociológico moscovita Levada (www.levada.ru)
ha mostrado que que a 7 de cada 10 rusos les gustaría
que el Papa visitase Rusia, y así hiciese historia.
Ya fue asombroso que el Patriarca de Constantinopla acudiese a su inicio de Pontificado, y los rusos no tienen agravios históricos con los argentinos. Además, Francisco conoce bien la espiritualidad del cristianismo oriental.
Antes de caer la URSS, bajo el régimen soviético, era impensable que un Papa visitase la Unión Soviética. Después, las posibilidades de que Juan Pablo II llegase al país eran escasas: los gobiernos no se oponían, pero sí la Iglesia Ortodoxa. Además, era un Papa polaco, y los polacos y los rusos han estado en guerra la mitad de su historia.
Después llegó Benedicto XVI, y el muy hostil Alejo II fue sustituido en Moscú por Kiril I, más dialogante y con más viajes a sus espaldas.Benedicto XVI era alemán, y la guerra con los alemanes está aún más viva y cerca (el mismo Ratzinger participó en ella en las leves juveniles de defensa antiaérea). Eso podía provocar cierta hostilidad en el ruso de a pie, pero no tanto en la jerarquía ortodoxa, cuyas objecciones en el trato con Roma son de tipo jurisdiccional y teológico.
Y ahora ha llegado el Papa Francisco, que es argentino, y los argentinos nunca han estado en guerra con Rusia. Es más, para los rusos Argentina es lo más remoto imaginable, el lugar donde repostar antes de llegar a alguna base antártida.
..............
Leer aquí: www.religionenlibertad.com
Antes de caer la URSS, bajo el régimen soviético, era impensable que un Papa visitase la Unión Soviética. Después, las posibilidades de que Juan Pablo II llegase al país eran escasas: los gobiernos no se oponían, pero sí la Iglesia Ortodoxa. Además, era un Papa polaco, y los polacos y los rusos han estado en guerra la mitad de su historia.
Después llegó Benedicto XVI, y el muy hostil Alejo II fue sustituido en Moscú por Kiril I, más dialogante y con más viajes a sus espaldas.Benedicto XVI era alemán, y la guerra con los alemanes está aún más viva y cerca (el mismo Ratzinger participó en ella en las leves juveniles de defensa antiaérea). Eso podía provocar cierta hostilidad en el ruso de a pie, pero no tanto en la jerarquía ortodoxa, cuyas objecciones en el trato con Roma son de tipo jurisdiccional y teológico.
Y ahora ha llegado el Papa Francisco, que es argentino, y los argentinos nunca han estado en guerra con Rusia. Es más, para los rusos Argentina es lo más remoto imaginable, el lugar donde repostar antes de llegar a alguna base antártida.
..............
Leer aquí: www.religionenlibertad.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario