Misa Guerrillera, Nicaragua 1978, Padre Ernesto Cardenal.
https://youtu.be/StnBGHMoqZU
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https://youtu.be/djYgwY2porI
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Ernesto Cardenal. “El papa Francisco hace la revolución”
por BERNA GONZÁLEZ HARBOUR
El poeta y sacerdote nicaragüense que fue sandinista mantiene su activismo contra Daniel Ortega a sus 90 años. Hoy lee sobre ciencia y cree en la poesía y la revolución
Le gusta decir que no tiene futuro, que apenas piensa en el presente y que el pasado es una masa informe de la que a ratos despuntan recuerdos iluminados como chispazos de una película antigua. Pero lo cierto es que Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925) está en forma. Sigue esculpiendo sus aves limpias y asombrosas en su taller de Managua, leyendo vorazmente libros de ciencia que adquiere en Estados Unidos y viajando en campaña contra el canal que proyecta el presidente Daniel Ortega. ¿Vejez? Se le nota en el tono a ratos gruñón, en el hablar un tanto dificultoso y poco más. El cura poeta que fue ministro en la revolución sandinista, destacada voz de la teología de la liberación, amonestado en público por Juan Pablo II en 1983, es hoy un feroz activista contra el Gobierno de Ortega. El festival Centroamérica Cuenta le rindió homenaje estos días en Managua una cita convertida ya, en su segunda edición, en referente de la literatura en la región.
PREGUNTA. ¿Cómo se siente con 90 años?
RESPUESTA. Mal, envejeciendo mucho y no quisiera envejecer tanto, pero tenemos que envejecer y morir. No me siento bien con eso pero estoy resignado porque es el plan de Dios, así creó el universo, con muerte y envejecimiento.
P. Usted ha dicho que siempre piensa en el presente. ¿Y en el futuro?
R. Solo en el presente, nada en el futuro, no tengo futuro. El pasado tampoco lo estoy reviviendo. Bueno, me vienen muchos recuerdos, pero en plan cinematográfico, que no involucran mi vida, que no me cambian la vida, sino simplemente recuerdos que se me refrescan.
P. ¿Por ejemplo?
R. Una conversación de hace 30 años, de cuando era joven, pero fotográficamente.
P. ¿Algunas etapas concretas más que otras?
R. Cualquiera, arbitrariamente, no puedo decir con qué motivo ni planificación.
P. Pero ahora está luchando contra el canal que proyecta Daniel Ortega con un inversor chino entre los dos océanos y que destruiría entre otras cosas su mítica comunidad de Solentiname. Eso es pensar en el futuro.
R. Hice campaña en Europa, especialmente en Alemania, porque este canal acabaría con el agua de Nicaragua, con Solentiname y con Nicaragua también. Dividiría el país, dividiría Centroamérica y dividiría América también. Sería una división la que se nos viene encima.
P. Pero significa que usted sigue luchando por el futuro.
R. Tengo que luchar por Solentiname, por mi lago. Con el canal no quedaría nada con el canal.
P. ¿Qué queda de la utopía que fue su comunidad? Usted construyó ahí una comunidad marxista y cristina.
R. Una comuna. Propuse que nunca fuéramos más de doce porque si no se complicaba, para no tener que reunir dinero. Era un grupito, no fue ni marxista ni cristiana, no fue nada, teníamos una orientación marxista y cristiana, revolucionaria, pero algo muy pequeño, insignificante que luego se hizo un mito.
P. ¿Sigue creyendo en la revolución?
R. Claro que sí, la revolución es lo que nos ha hecho humanos, toda la humanidad ha vivido de revolución en revolución, desde que empezó a hablar, que fue la revolución del lenguaje, o el descubrimiento del fuego. Todo lo que la humanidad ha ido adquiriendo ha sido por medio de la revolución. Hay una revolución en la medicina, en la agricultura, hay revoluciones y revoluciones y revoluciones. La revolución no es solo la guerrilla, la lucha armada, revolución es amor.
P. Pero hay revoluciones buenas y malas, supongo.
R. A las malas yo no las llamaría revolución, sino contrarrevolución. Para mí la revolución es positiva. Mao decía que los saltos en la evolución humana son la revolución.
P. ¿Y cuál es la revolución más necesaria ahora según su punto de vista?
R. La revolución global, porque nos hemos globalizado. Se ha descubierto que la tierra es redonda y que estamos en una misma tierra y adonde quiera que vayamos los resultados son los mismos al otro extremo del planeta, y tenemos que vivir en función de esa globalización. La revolución no puede ser de un país o un bloque de países sino de todo el planeta.
P. ¿Y qué ha fallado?
R. Ha sido una globalización capitalista y por tanto injusta, todo a favor del capital y no del trabajo.
P. En España hubo el movimiento 15-M y un lema “Mis sueños no caben en tus urnas”. Hay una población que siente que la democracia, los partidos existentes, no dan respuesta a sus necesidades. ¿Por qué?
R. No la dan. No sé por qué, no soy adivino, no me haga una pregunta que nadie sabe responder. Es un enigma de la historia.
P. ¿Qué necesitamos? Si no es a través de la política ¿dónde está la respuesta?
R. En la justicia, la equidad. San Pablo hablaba de la igualdad, no que unos tengan más y otros menos. Llegar a la equidad, a la justicia debe ser el objeto de la evolución humana. Hay un salmo en la Biblia que dice la justicia y la paz se besan. No puede haber justicia sin paz.
P. ¿Dios es también una respuesta para usted?
R. Es la única respuesta.
P. ¿No nos ha abandonado?
R. Sí, para que nosotros hagamos la revolución solos.
P. ¿Las religiones están cumpliendo su papel?
R. De ninguna manera. Lo cumplirán cuando todas las religiones se unan, cada una en su creencia en un pluralismo religioso. Ratzinger, el Papa anterior a nuestro querido papa revolucionario Francisco, decía que la teología de la liberación había sido funesta y que más lo era una nueva teología que se estaba creando, que era una prolongación de la de liberación, que era la teología del pluralismo religioso. Me parece que tenía razón al decir que el pluralismo religioso es peligroso porque es la unificación de las religiones. El pluralismo religioso era el descubrimiento de que todos los pobres tienen una religión, pero son distintas religiones y esas religiones están en conflicto y es necesario que todas se unan. La globalización está uniendo las civilizaciones, las lenguas, las culturas y las religiones de forma que en un edificio grande de Nueva York conviven todas y el hombre se da cuenta de que su religión no es la única, sino que todas son buenas, todas llevan a Dios, todas son verdaderas y todas son falsas, porque en todas hay también algo de falsedad y de erróneo. En unas más que en otras. En una religión con antropofagia habría más error que en una moderna sin canibalismo, claro.
P. Pero usted cree en esa unión respetando la diversidad de dioses.
R. La teología del pluralismo religiosa significa la unión de todas las religiones, pero respetando a cada dios.
P. ¿Cree entonces que el papa Francisco es revolucionario?
R. Sí, mucho, y está transformando el Vaticano, y con ello está transformando la Iglesia y eso es una transformación del mundo también.
P. ¿Ha estado en contacto con él?
R. No, ninguno. Sólo espiritualmente me siento muy identificado con él. Yo no lo conocía antes de que fuera Papa ni lo he visto como papa.
P. ¿Y no le ha querido escribir?
R. No tengo nada que decirle y nada que enseñarle, sino solo oír lo que él dice y aplaudir lo que él dice.
P. Pero Juan Pablo II le amonestó públicamente.
R. Los dos papas anteriores a Francisco fueron papas funestos, hicieron retroceder a la Iglesia siglos.
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