domingo, 26 de octubre de 2014

Carta de Juan Grabois al Movimiento Evita, desde el Vaticano


Carta al Evita desde el Vaticano

Viernes 30 de agosto de 2013

por Juan Grabois

Queridos Compañeros:


Me sale del alma escribirles desde el Viejo Mundo, desde el lugar donde hace unos días compartí con Emilio un hecho de gran importancia, silenciado o tergiversado por todos los medios de comunicación. Como saben, el pequeño Nestor fue bautizado aquí en la Capilla de Santa Marta por el Papa Francisco en una ceremonia emocionante. Luego tuvimos un encuentro de más de dos horas en el que conversamos de varios temas caros al Movimiento Popular de nuestra Patria Grande, como se explica en el comunicado dela CTEP que tan poco eco tuvo en los diarios.

En verdad, nada de esto fue “noticia”. Es que los exegetas del Papa seleccionan a su antojo qué publican y qué ocultan para darle una orientación que favorezca sus intereses míseros. Desinforman, difaman y calumnian, como dijo el propio Francisco, víctima en varias ocasiones del poder de los grupos económicos y sus agentes mediáticos. Les importa un bledo lo que realmente piensa el Pastor de todos los católicos porque no tienen otra patria, religión o bandera que la del Dios Dinero.

Ojo, tampoco yo pretendo arrogarme el rol de vocero de este gran argentino que -difamado por los que probaron las mieles del poder en las buenas y hoy traicionan a este gobierno en su peor momento- no necesita intérpretes pues le habla muy claramente al mundo entero con sus actos, sus gestos y sus homilías. Lo que sí puedo decirles es que, aunque pretendan silenciarlo, Francisco manifestó su reconocimiento por la firmeza de convicciones de Emilio, su profundo respeto por el Movimiento Evita y su apoyo por las organizaciones populares que pelen junto a los más humildes por la Justicia Social en la Argentina.

Lo que sí fue noticia, veo, es la campaña de demonización contra el Movimiento Evita. Hoy recibí por correo electrónico un resumen del programa del señor Jorge Lanata donde se muestra en forma ruin al Evita, reduciéndolo a la condición de “grupo de choque” y describiendo como “adoctrinamiento k” el extraordinario trabajo de formación política que realizan en Tigre con jóvenes de todos los rincones de la patria. Parecía un video realizado con fines de propaganda “antisubversiva” o de adiestramiento policial.

A eso se suma el ataque artero que un organismo dependiente de la derecha norteamericana, el Centro Simón Wiesenthalm, contra el máximo referente del Evita. El cipayaje local se hizo eco del berrinche de sus patrones foráneos y sin perder el tiempo judicializó la situación, poniendo además en grave riesgo la libertad del compañero Fernando Esteche, dirigente de Quebracho, perseguido por repudiar el asesinato de Fuentealba en una causa impulsada por el señor Anibal Fernández que seguramente tendrá algún lugarcito para aplaudir al próximo gobierno (que distinta fue la actitud del Chino, único dirigente kirchnerista que se subió al palco en Comodoro Py para repudiar la vergonzosa sentencia sin especular con eventuales reprimendas y soportando estoicamente las fuertes críticas que desde muchas organizaciones populares lanzamos contra el gobierno nacional).

No hay duda de que esta campaña contra el Evita expresa una persecución de carácter ideológico. Parece que las denuncias de corrupción ya hicieron su servicio, ahora van por lo que realmente anhelan: destruir las organizaciones con capacidad para expresar la resistencia popular frente a una intentona reaccionaria que, no lo duden, pretende avanzar no sólo sobre el Gobierno sino fundamentalmente sobre las conquistas sociales que parió nuestro Pueblo con la rebelión popular del 20 de diciembre, la lucha de nuestras organizaciones y la sangre de compañeros como Maxi y Darío.

A nadie se le escapa que criminalizar a dirigentes por su mera presencia en una reunión pública –sea esta una celebración religiosa o un acto político- atenta contra derechos constitucionales como la libertad de expresión, de culto y de reunión, derechos que han sido históricamente conculcados a las mayorías por esas mismas minorías que se autoproclaman desvergonzadamente sus defensores más acérrimos. Esto es grave y tenemos que levantar la voz para repudiar estas conductas antidemocráticas y visceralmente gorilas

Por otro lado, más allá de las desafortunadas declaraciones que en forma aislada se vertieron en aquella celebración, es un deber de todo militante solidarizarse con el sufrimiento del Pueblo Palestino y denunciar las graves violaciones a los derechos humanos contra esos hermanos nuestros por parte del Estado de Israel. Como hijo de judío, me cuesta comprender cómo algunos banalizan impunemente los sufrimientos de ese gran pueblo, utilizando sus tragedias históricas para perseguir rivales políticos y justificar la violencia imperialista. Defender la causa palestina lejos está de ser una instigación a la violencia. Es, como nos enseñó el maestro argentino-palestino-israelí Daniel Baremboim, trabajar por la paz.

Un dato interesante: el campeón de los Derechos Humanos Horacio Verbitsky y los adalides de la lucha contra la discriminación del Centro Simón Wiesenthalm financian su loable trabajo con fondos de la Fundación Ford, paradójicamente un antisemita declarado y admirador confeso de Adolf Hitler. “Pecunia non olet” (el dinero no huele) se decía aquí en Roma en tiempos del Imperio; lo mismo piensan hoy los mercenarios de la Nueva Roma y despliegan su estrategia burda pero eficaz: difaman alegremente a cualquiera que osa levantar la voz contra el Imperio de modo tal que quede asociado con los más horrorosos crímenes que el propio Imperio patrocinó y que la humanidad entera hoy repudia. Es una técnica de “guerra psicológica” para medrar la moral de los Pueblos y sus dirigentes. El ministro nazi Joseph Goebbels la resumía con la famosa frase “miente miente que algo queda”.
De todas formas, quiero decirles, no me extraña que se ensañen con el Movimiento Evita. ¿Cómo no van a perseguir al Movimiento Evita si es una de las organizaciones populares que pueden entorpecer sus planes de reimplantar el neoliberalismo en la Argentina? ¿Cómo no van a perseguir al Movimiento Evita que demostró que se puede ser leal sin ser obsecuente ni traicionar a los humildes creando la CTEP junto a organizaciones opositoras para pelear por los derechos de los trabajadores excluidos del modelo, mientras los políticos y sindicalistas que ahora se cuidan el culo se repartían cargos y prebendas? ¿Cómo no van a perseguir al Movimiento Evita si entre sus dirigentes se encuentra el compañero Jorge Taiana, protagonista de la histórica jornada del 4 de noviembre de 2005 cuando la Patria Grande enterró el ALCA en Mar del Plata? ¿Cómo no perseguir al Movimiento Evita si su propio nombre evoca la más odiada, difamada y perseguida de las mujeres argentinas, la abanderada de los humildes, la amiga de los trabajadores, la compañera del líder más grande que dio nuestra Patria?

La legítima bronca de nuestro Pueblo contra los que han utilizado el Estado para enriquecerse violando el sagrado deber de servicio que tiene cualquiera que asume la función pública no debe ser minimizada ni subestimada; es un grave flagelo que afecta sobre todo a los más humildes, los que necesitan del Estado para salir de la exclusión. Sin embargo, a las corporaciones eso no les importa más que como recurso propagandístico porque está claro que pertenecen al mismo gremio, el de los corruptos, sólo que no son de la rama distinta, la de los hipócritas. Lo que sí les importa es destruir las reservas organizativas del campo popular y por eso van a atacar, perseguir, difamar a las organizaciones sociales, primero a las que identifican con el Gobierno y luego a todas las demás.

Desde que fundamos la CTEP nos propusimos construir unidad más allá del proceso político partidario y de a poquito lo fuimos logrando. Ustedes saben que somos muchos los militantes que no participamos del kirchnerismo, que no comulgamos con el modelo, que no acompañamos la orientación política del Gobierno Nacional, pero que admiramos las organizaciones de masas que creó nuestro Pueblo y rechazamos la alternativa gorila que las persigue para llevarnos al pasado y destruir las conquistas sociales. Espero que este difícil tiempo que se viene nos encuentre más unidos que nunca para defenderlas, avanzar por lo que falta, hacer crecer el Poder del Pueblo, y quien sabe, tal vez construir una conducción verdaderamente popular para el movimiento nacional que profundice la perspectiva revolucionaria y nos lleve a esa Argentina Justa, Libre y Soberana que nuestro amado Pueblo anhela y de la que tan lejos estamos.

Quería entonces trasmitirle mi solidaridad frente a los ataques recibidos, pedriles que no se bajoneen por las circunstancias, que no se dejen intimidar por las calumnias, que sigan “adoctrinando” a los pibes para transformar la Argentina y que nadie les quite el orgulloso por la maravillosa obra realizada.

Un abrazo

¡Venceremos!

Juan Grabois


Fuente: www.movimiento-evita.org.ar

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