domingo, 2 de marzo de 2014

Argentina: Lo que padecemos ahora es una economía en donde el gobierno y los agentes económicos no pueden ponerse de acuerdo en materia de determinación de precios o salarios porque faltan referencia oficiales creíbles.


Cambió el espectador, no el show…


Por Gabriela Pousa 


Si acaso recordó un derecho constitucional como lo es el de transitar libremente, fue para advertir qué no está dispuesta a aceptar movilizaciones ajenas ( los rumores de una nueva marcha multitudinaria llegaron a Casa Rosada…), y justificar el respaldo a la barbarie que instituyó Nicolás Maduro en Venezuela. No es que la Jefe de Estado se volvió, de golpe, más democrática. No.

Una vez más, Cristina volvió a demostrar la fidelidad a sí misma. Habló dos horas y medias tan sólo para enfatizar que una cosa es un ajuste en la economía, y otra muy distinta es un ajuste en la gestión.

La gestión sigue y seguirá incólume como el relato, aún cuando en los hechos se haya dinamitado.

La jefe de Estado sabe que hoy apenas tiene dos pilares: un vasto aparato de comunicación y los militantes rentados. Pero no mucho más tenía antes. Y es que en rigor, quién ha cambiado es el pueblo en cuanto a su predisposición.

A nadie debería asombrar un discurso donde están ausentes los principales temas que importan a la gente. Los Kirchner jamás han prestado atención a las demandas perentorias sociales, construyeron poder con el único fin de satisfacer sus arcas individuales. Y la sociedad se lo permitió.

Hoy lo que cambió es quizás ese permiso. Hoy, el argentino promedio no tiene aquello que durante una década lo distrajo a punto tal de no darse cuenta que se lo estafaba con meras palabras: la Presidente hablaba de corrido sin leer y eso fascinaba. Una lástima…

Existían los plasmas en cuotas, el auto subsidiado, los electrodomésticos importados, y el celular más sofisticado que, si además te lo robaban, lo reemplazabas por otro en cualquier negocio del barrio. Sumando los escándalos de Tinelli, y la selección de Maradona que se suponía traería la copa, había pan y circo en equilibrio. ¿Para qué aburrirse escuchando a la mandataria?

Ahora el equilibrio se deshizo. Las cosas cambiaron, no por arte de magia sino por todo lo que durante once años vino diciendo el gobierno y no escuchamos.


 Ahora escasea aquello que tanto nos distrajera y ahí está la diferencia.........



http://www.perspectivaspoliticas.info






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El ‘modelo’ tocó los límites del financiamiento inflacionario y ahora va en busca de financiamiento externo sustituto, pero para seguir haciendo más de lo mismo: consumismo cortoplacista y gasto público prebendario. 

Quienes creen que el gobierno resignó el ‘modelo’ explican el plan de ‘precios cuidados’ y los escraches a los ‘empresarios especuladores’ como excepciones a la regla para disimular la retirada. 

Olvidan que el repertorio populista recurre a instrumentos ortodoxos y heterodoxos según lo aconseje el principio de intervención discrecional y las prioridades de la estrategia política. 

Como en la fábula de Esopo, el murciélago para salvar su vida, a veces pasaba como ave y otras veces como ratón. Confundía a la comadreja, pero seguía siendo murciélago.

La estrategia política del populismo gobernante ahora es llegar al fin del mandato para transferir las distorsiones acumuladas en todos estos años al sucesor, sea quien fuere. 

Si hay financiamiento externo disponible, interviniendo como elector en la sucesión de un poder condicionado; si el deterioro económico se profundiza, evitando que la bomba explote en esta gestión a la espera que la añoranza popular por la fiesta impaga reivindique con el tiempo la ‘década ganada’. 

El final de esta película sigue abierto, pero, a no confundir, la película alternativa se titula ‘República y Desarrollo’.

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http://www.cronista.com









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Casi todo lo que estamos viendo ahora es una extensión de este arrasamiento institucional. Y la evolución, aún a corto plazo, de la economía, va a depender críticamente de cómo se reconstituya alguna credibilidad. 


Por un lado, la corrida se paró sólo porque el BCRA volvió a recuperar independencia para ejercitar su margen de maniobra. 

Pero todavía queda por hacer que presione para que se revierta lo que se llama la dominancia fiscal, es decir que recupere el control de la cantidad de dinero.

Llegó el momento en que el BCRA tiene que hablar en voz alta de la necesidad por ejemplo de reducir los subsidios. 

Por otro lado, no va a haber ‘pax’ en materia de la determinación de precios y salarios si no se logra convencer a todo el mundo que la inflación se está midiendo bien. 

Lo que padecemos ahora es una economía en donde el gobierno y los agentes económicos no pueden ponerse de acuerdo en materia de determinación de precios o salarios porque faltan referencia oficiales creíbles. 

Esto es consecuencia de otro arrasamiento institucional, sobre el INDEC, y que recién ahora se lo está tratando de revertir. Pero aquí también se necesita mostrar independencia creíble. 

Como en el caso del BCRA, un cambio de conducción resulta imprescindible para evitar entrar otra vez en el juego de si los datos reportados son creíbles. 

En suma, mucho se ha dicho estos días acerca de sí el gobierno está cambiando los objetivos o sólo los instrumentos. 

Yo diría además que va camino a al menos revertir parcialmente el haber desacreditado instituciones económicas. 

De eso depende crucialmente la forma en que va a llegar al 2015.

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