lunes, 24 de febrero de 2014

Gas - las enormes reservas de EE.UU.: ¿permitirán que Washington rebaje la presión de Moscú hacia sus vecinos?





¿Dónde encontró Vladimir Putin u$s 50.000 millones para gastar en los Juegos Olímpicos de Sochi? 

Habría que preguntarle a Ucrania, Alemania y a otros sobrecargados clientes de Gazprom. El dinero proveniente de las exportaciones rusas de gas le han dado fuerza a la política exterior de Putin y han ayudado a pagar la más impresionante puesta en escena de unos Juegos Olímpicos de Invierno en la historia. No hay una contraparte americana de Gazprom. Pero la revolución energética de EE.UU. es una bonanza geopolítica que permitirá que Washington relaje la presión de Moscú hacia sus vecinos. 

Es la mejor arma que tiene Barack Obama para lograr un cambio en lo que queda de su presidencia. 

Las matemáticas detrás de la revolución del gas de esquisto de América son incontestables. Las reservas generadas por el "fracking" (fracturación hidráulica) en los últimos cinco años han recortado los precios del gas natural en EE.UU. a $4 por millón de unidades térmicas británicas (BTU). Esto es menos de una tercera parte de la tarifa que Gazprom cobra a la mayoría de sus clientes europeos por recibir el gas entubado. Y es mucho menos de una quinta parte de la tarifa en gran parte de Asia, incluyendo China. 

La política en EE.UU. sigue obsesionada por saber si Obama aprobará el gasoducto Keystone XL que viene desde Canadá. 

Independientemente de lo que decida Obama - mi apuesta es que lo pospondrá lo más posible - el aceite de alquitrán de Canadá se está volviendo irrelevante para las necesidades de América. 

EE.UU. tiene más que suficiente esquisto como para ser la nueva Arabia Saudita del gas natural, así como estar en vías de sobrepasar la producción de petróleo saudí para el final de la década. 

Invertir en el gas de esquisto de EE.UU. es prácticamente un permiso para imprimir dinero: hay mucha reserva y demanda ilimitada. 

La semana pasada la administración de Obama aprobó su sexta terminal para exportación de gas natural licuado (GNL). Cheniere Energy es dueña de la primera, una compañía con base en Houston, que está por empezar en el 2015 a mandar gas al Reino Unido, España y otros países. 

Docenas más están solicitando licencias para exportación y permisos para construir terminales. Aún después de incluir el costo de licuefacción y transporte cruzando el Atlántico, los precios de gas de EE.UU. serán considerablemente menores que los de Rusia en el punto de venta. 

También hay una gran demanda por parte de India, que tiene un déficit de energía grande, Japón, que cerró su industria nuclear después del desastre de Fukushima, y Alemania, que también ha dejado en espera sus plantas nucleares.
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