sábado, 22 de febrero de 2014

Argentina: la inoperancia no puede servir para eximir de responsabilidad a quienes aceptaron encargarse de una repartición estatal importante sin preocuparse por su falta evidente de idoneidad


Corrupción compartida


No bien iniciaron su gestión conjunta, Néstor Kirchner y su esposa Cristina se pusieron a "construir poder" aprovechando el manejo del dinero aportado directa o indirectamente por los contribuyentes para conseguir la adhesión de políticos de procedencia diversa, empresarios cortesanos, académicos progresistas, periodistas y, desde luego, la fracción de Madres de Plaza de Mayo encabezada por Hebe de Bonafini que, para extrañeza de muchos, a cambio de su colaboración propagandística, recibió muchos millones de dólares para hacer viviendas sociales. 

Fue de prever que el negocio resultante no tardaría en producir tantos escándalos como casas baratas. La Auditoría General de la Nación acaba de presentar un informe en el que se agregan más detalles a los que, hace un par de años, provocaron un revuelo muy grande y que, entre otras cosas, puso fin a la relación amistosa de los hermanos Sergio y Pablo Schoklender con Bonafini, la que, para defenderse, los calificó de "estafadores y traidores".

Según el titular de la AGN, Leandro Despouy, hay exfuncionarios del Gobierno de la presidente Cristina Fernández de Kirchner que cobraban cheques de Sueños Compartidos, el nombre dado al "plan social" que fue confiado a las Madres, por dar el visto bueno a las obras propuestas. Aunque el jefe de Gabinete y vocero kirchnerista principal Jorge Capitanich trató de desacreditar el informe atribuyéndolo a la mala voluntad de quienes a su juicio han hecho de la AGN "una herramienta de oposición política con el sentido de atacar al Gobierno", lo aprobaron los cuatro integrantes oficialistas del organismo.

En opinión de uno, Oscar Lamberto, los investigadores encontraron un gran "desorden" contable en Sueños Compartidos que imputó a la escasa experiencia de las Madres "en un tema en el que interactúan tantísimos gremios, factores y sectores como es la construcción". Tendrá razón el auditor, pero la inoperancia no puede servir para eximir de responsabilidad a quienes aceptaron encargarse de una repartición estatal importante sin preocuparse por su falta evidente de idoneidad. Así y todo, no cabe duda de que quienes más merecen estar en el banquillo son aquellos políticos, comenzando con Cristina, que para congraciarse con las Madres las hicieron responsables de un programa que, en un país mejor gobernado, hubiera quedado en manos de especialistas.


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