viernes, 1 de noviembre de 2013

Una novela retrata los métodos sutilmente coactivos que emplean los agitadores ideológicos de la ONU


«Una vuelta de tuerca», 
de Humberto Pérez-Tomé






Es una novela inquietante. En Una vuelta de tuerca (Sekotia), Humberto Pérez-Tomé nos sitúa ante una dilema moral al que nos podemos ver abocados con la misma facilidad que el protagonista, el reportero Hans Looper: rendirnos a la dictadura del relativismo o plantarle cara y pagar las consecuencias. A nivel personal, y a nivel profesional. La trama, en este caso, transcurre en el ámbito periodístico.

-¿Tal vez porque en ese ámbito tiene lugar particularmente el enfrentamiento entre el orden mundial laicista y la sociedad cristiana?

-La elección de un periodista como personaje principal de esta historia no fue casual. Considero que los periodistas, en la sociedad de hoy, tienen una responsabilidad importantísima, pues son los que tienen en sus manos la capacidad de ser correa de transmisión entre los hechos y las personas, por lo que la verdad y la mentira juega un papel fundamental, y es el periodista quien tiene la oportunidad de hacer palanca y decir cómo son las cosas en la realidad y no cómo quieren otros –o él mismo- que sean.
...........

-¿Hay una "ideología ONU"?

-El objetivo de la ONU es intermediar entre las naciones para evitar los conflictos que pudieran darse por diferencias de poder, injusticias entre seres humanos o por motivos de religión, sexo o raza. Pero independientemente de estos principios, la ONU ha ido acaparando poder en el mundo y su opinión o participación en los conflictos cada vez tiene más peso y sus arbitrajes, aunque no sean vinculantes, sí influyen de forma muy definitiva en los que finalmente deben tomar las decisiones. Esta posición estratégica hace que los lobby de presión como el feminista radical, el aborto y el homosexual cada vez estén mejor situados en las estructuras internas de la ONU.

-¿Se está acelerando ese proceso de transformación de la ONU?

-Las Conferencias y Cumbres Internacionales de la ONU tuvieron su apogeo durante los años ’90 y se pusieron los primeros pasos de la ideologización de la ONU, y ahora es una realidad constante y presencial en casi cualquier actividad que celebran.

....................

-El protagonista de su novela a veces parece un héroe, a veces un cabezota: ¿tenemos que tener algo de ambas cosas para aguantar cada nueva "vuelta de tuerca"?

-Fue Juan Pablo II quien dijo que la figura del católico de hoy será la de resistir a los ataques contrarios a su doctrina, incluso, hasta el heroísmo. Y Hans, sin ser muy consciente de qué está haciendo, es un terco para sus contrarios porque no se deja convencer o comprar, pero en el fondo lo que hace es resistir y defender su posición moral ante la situación.

-¿Se ha inspirado en alguien real?

-El aspecto de Hans “cabezota” me lo inspiró Santo Tomás Moro, cuya mujer e hijos le insistían en que diera su brazo a torcer, que qué más daba, allá el rey y sus consecuencias, que pensara en ellos, y que no les llevara a la ruina. Tomás Moro supo explicar y dar la vida por lo único importante: su vocación cristiana y el compromiso personal que esto supone.

No hay comentarios:

Publicar un comentario