Los cancilleres del Mercosur llevaron el reclamo contra el espionaje electrónico de los EE.UU. a la UN, algo que no han acompañado ni Unasur ni la Celac

Las tensas relaciones 

entre EEUU y MERCOSUR

por Rosendo Fraga

El espionaje electrónico ha generado una situación de tensión entre EE.UU. y el Mercosur. La filtración sobre el uso de este tipo de espionaje por parte del Departamento de Estado para conocer con anticipación las posiciones que los países de la región llevarían a la Cumbre de presidentes de las Américas realizada en 2009 en Trinidad Tobago, reactivó las denuncias de este grupo regional, cuyos cancilleres llevaron el tema a las Naciones Unidas (lo mismo que hace la Presidente argentina al asumir su país la presidencia mensual del Consejo de Seguridad de la UN). El actual embajador estadounidense en Brasil, Thomas Shannon, ese año era Subsecretario del Departamento de Estado para América Latina y agradeció por nota a la Agencia de Seguridad Nacional la utilidad de la información proporcionada para dicho encuentro, la que había permitido tanto al Presidente como a la Secretaria de Estado conocer por anticipado las posiciones de sus colegas. Dilma calificó esta operación de “escándalo global”, pero por ahora mantiene su visita a Washington como jefa de estado en octubre. La actitud de los seis países que integran el Mercosur evidencia que tanto los otros seis de Unasur, como los 33 que integran la Celac, optan por no confrontar con los EE.UU. Ello ratifica la existencia de visiones regionales diferentes en América Latina. El Departamento de Estado, a partir del informe de un fiscal argentino (Nisman) sobre los vínculos de Irán con el ataque de terrorismo islámico contra una mutual judía en 1994, volvió a asumir que el accionar de Teherán en la región es creciente.
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