jueves, 25 de julio de 2013

Cuando el boxeador se confía y baja la guardia, cuando llegan los golpes más duros

La Europa optimista decide ser 
como la quebrada Detroit




Se multiplican en estos días los informes voluntaristas que nos anuncian a bombo y platillo que lo peor en Europa ya ha pasado, que la región es una oportunidad y que es mejor meter los huevos en esta cesta que en ninguna otra dado el colapso de los emergentes, el fin del superciclo de las materias primas y la previsible caída del euro ante el cambio de signo del diferencial en tipos de interés entre Estados Unidos y la UEM. 

Los bancos de inversión, tarde siempre tarde, han dictado sentencia: ni siquiera los PIIGS huelen ya mal, ponga su dinero ahí.De poco importan la recurrente cuestión de las penurias griegas, las dificultades políticas de Portugal o el problema de la corrupción en España, por no hablar del permanente desmoronamiento parlamentario italiano. 

La geopolítica ha quedado en segundo plano. Lo que ahora prima es la política monetaria, el auxilio sistemático y estructural del banco central encabezado por Mario Draghi, su perversa manipulación de los mercados para sostener la economía financiera sin mejorar la real. Llegó tarde a esta fiesta, pero se ha puesto de copas hasta arriba como si a Europa le fuera la vida en ello. Le iba.

Es en ese convencimiento de los dirigentes locales de que no hay nada que temer en el que hay que entender el dramático dato publicado por el Eurostat el pasado lunes. De acuerdo con la agencia estadística, la deuda agregada sobre el PIB de los países pertenecientes a la Eurozona ha pasado del 88,2% al 92,2% en apenas un año, primer trimestre de 2013 contra primer trimestre de 2012, hasta 8,75 billones de euros: ocho Españas enteritas. 


Cuatro puntos porcentuales que se disparan en el caso de Grecia (+24,1 hasta el 160,5% sobre su PIB, muy lejos de las proyecciones en las que se basaron las ayudas de la troika), Irlanda (+18′3 -de 106′8 a 125′1-, incremento que se ha visto matizado por la primera subida de su sector inmobiliario desde el inicio de la crisis), España (+15,2, viva el gobierno ‘liberal’ del PP; debe pensar ZP “otro vendrá que bueno te hará”), Portugal (+14,9 hasta el 127,2%, crisis de gobierno incluida) o Italia (que ha pasado del 123,8% al 130,3%).

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Leer aquí: www.fundacionburke.org

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