miércoles, 29 de mayo de 2013

Las 5 vías de Santo Tomás le sorprendieron

Jefe de la Marina en EEUU, 
«egoísta radical», se convirtió al catolicismo 
tras 40 años de ateísmo


«El individualismo y el ser un hombre hecho a sí mismo eran mis ideales más altos» dice Jeff Miller. Pero las vías de Santo Tomás le abrieron interrogantes. Y un accidente le reveló más cosas.

Jeff Miller creció en Portland, Oregón, en un ambiente familiar donde la religión no tenía cabida en absoluto. 

“La religión era una cosa privada de la que nunca se hablaba. Yo sabía que mis amigos del barrio iban a la iglesia con sus padres, pero nunca hablé sobre su iglesia o sobre ninguna cuestión religiosa. También sabía que mi familia era considerada extraña debido a que no asistíamos a la iglesia”, comienza a contar Jeff. 

“Mi padre se considera agnóstico y mi madre, ya fallecida, entró en la Iglesia católica en mis años de instituto. El tema de la religión era tan privado en mi casa que yo ni siquiera me enteré de que mi madre se había convertido del metodismo a la Iglesia Católica hasta muchos años después”, reconoce.

Sin Dios, cantaba y comulgaba



El primer contacto con la Iglesia católica lo tuvo precisamente a través de su madre, a la que acompañó para complacerla. Entró en el coro de la parroquia gracias a sus buenas dotes musicales: “Me hacía mucha gracia la ironía de ser ateo y estar cantando en la iglesia. Incluso comulgaba sin saber lo que estaba recibiendo”, reconoce.

Orgulloso ateo en la Marina



Los padres de Jeff se divorciaron y él abandonó de inmediato la misa dominical. “Pensaba que no tendría ningún efecto sobre mí. Mi madre quería el divorcio y yo animé a mi padre a concedérselo, haciéndole ver que no era ningún problema para mí. En ningún momento conecté mi declive moral y mis malas notas con lo que estaba sucediendo en mi casa”, continúa relatando.
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