martes, 30 de abril de 2013

Venezuela - El acoso a Capriles: "en las calles de Caracas la vida vale muy poco, pero dentro de las cárceles venezolanas no vale absolutamente nada"

La vida de Capriles y el poder de Maduro 
penden de un hilo

Por Carlos Alberto Montaner



Iris Varela a Capriles Radonski

¿Por qué el acoso a Capriles y, en general, a los dirigentes de la Mesa de Unidad Democrática (MUD)? Es muy sencillo: en Venezuela todos, gobierno y oposición, saben que Henrique Capriles ganó las elecciones por un clarísimo margen.


En Venezuela, Iris Varela, Ministra de Asuntos Penitenciarios, una joven y rolliza abogada de mirada fiera y verbo incendiario, ha advertido que ya tiene preparada la celda para encerrar a Henrique Capriles. Se lo creo a pie juntillas.

No contenta con maltratar a la cabeza de la oposición venezolana, a quien acusó sin pruebas de consumir alucinógenos y ser el autor intelectual de los nueve asesinatos y 78 heridos, entre ellos el diputado antimaduro William Dávila, severamente lesionado dentro del propio parlamento por los chavistas, de paso maltrató el idioma alegando que el líder de los demócratas tiene ojos “puyúos”.

No tengo la menor idea de lo que es un ojo “puyúo”, pero supongo que debe ser algo tan terrorífico como la propia mirada de la señora Varela mientras hace sus acusaciones. Invito a los lectores de esta columna a que busquen su intervención en YouTube. Es como la niña del exorcista, pero notablemente crecidita en todas las direcciones.

De acuerdo con la amenaza de la Ministra, el primer paso es meter en la cárcel a Henrique Capriles por pedir el recuento electoral. ¿A quién se le ocurre sospechar de ese gobierno respetuoso de la ley? Imperdonable.

Me imagino que el segundo paso será que otro preso lo asesine en medio de una de las reyertas tan comunes en los predios de la señora Varela. Ya se sabe que en las calles de Caracas la vida vale muy poco, pero dentro de las cárceles venezolanas no vale absolutamente nada.

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