martes, 29 de enero de 2013

Una cosa es el pluralismo interno y otra la atomización, la fragmentación. Esa es la raíz de la debilidad de los católicos en la vida pública, cultural y socioeconómica



Pablo J. Ginés

Josep Miró explica la aportación original de E-Cristians


Político retirado y miembro del Pontificio Consejo de Laicos, Miró dice que no sólo hay que regañar, sino también aplaudir las buenas iniciativas de los representantes públicos, y avisa de que «la revolución no se hace en Internet, sino asociándose y en la calle».

La asociación E-Cristians está más que consolidada en Cataluña como una voz en defensa de la propuesta cristiana en la vida pública, declarándose explícitamente católica y fiel al Papa y el Magisterio, no aconfesional.

"Nos encantaría que hubiese grupos de E-Cristians por toda España", afirma su presidente, el ex-político convergente Josep Miró, que asegura que la asociación no tiene que casarse con nadie, pero ha de alabar las buenas iniciativas de los políticos y castigar las malas.

- ¿Por qué nació E-Cristians? Fue hace más de 10 años, cuando gobernaba el PP en toda España y CiU en Cataluña.
- Yo venía de un proceso de retorno a la fe. Dios da a cada uno un plan, una vocación. Noté que necesitaba algo más. Lo católico estaba vivo en la sociedad, pero oculto entre cuatro paredes, sin presencia pública. La Iglesia daba, como hoy, un ejemplo solidario ejemplar con Cáritas, pero, por ejemplo, no se la escuchaba proponer la Doctrina Social de la que nace Cáritas.

»Imaginemos una barca que tiene un agujero y va fatal. Cáritas es como achicar agua: necesario para mantenernos a flote; quizá incluso tapar el agujero. Pero lo que hay que hacer es diseñar un buena barca y construirla: para eso está la Doctrina Social. Y eso es lo que E-Cristians quiere difundir y aplicar. A la Iglesia se le deja poner parches, pero se le dificulta su enseñanza, exponer sus propuestas.

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