El Populismo Siglo XXI
por Washington Beltrán Storace
por Washington Beltrán Storace
La salud del presidente Chávez es complicada: una infección pulmonar y una insuficiencia respiratoria han aparecido luego de la última intervención quirúrgica por un tumor que no se logra controlar. El deseo es que logre recuperarse, apostamos a la vida; que vuelva al escenario político y reciba allí la invitación a retirarse por parte del pueblo venezolano, cansado de sus manipulaciones y el deterioro de su país al que lo ha llevado este Socialismo (Populismo) Siglo XXI. Que sean la democracia y las instituciones las que le digan que se vaya.
Chávez es el creador del Populismo Siglo XXI, una mezcla explosiva de demagogia y populismo tradicional. Lo ha convertido en un mal, peligroso y contagioso que amenaza a la región; opera sobre la base de la mentira y el engaño y golpea implacable en las sociedades, las mangonea, las corrompe y transforma en enfermos terminales a las democracias y a los sistemas republicanos de gobierno.
Tiempo atrás escribí una columna titulada justamente, "Demagogia y populismo", donde apunté a describir cómo operan estas lacras en la vida de los pueblos, cómo logran infiltrarse y deteriorar la calidad institucional de una nación. Hoy vuelvo a hacerlo para que la gente tome conciencia de lo que ha sido y han hecho Chávez y sus apóstoles.
La demagogia se manifiesta de manera verbal. Mediante argumentos engañosos busca mostrar como cierto algo que no lo es y para ello apela a los defectos propios de la naturaleza humana como la credulidad, la ambición, la disposición al menor esfuerzo para obtener logros y la debilidad ante la lisonja. El populismo utiliza la demagogia pero apunta a obtener el poder, usando sobre todo las "masas marginales disponibles", fácil presa de la seducción "reivindicativa". El líder populista es una deformación del viejo caudillismo, porque busca lograr el ascenso y el reconocimiento popular, aunque no a través de su valía, sino por el embuste: les hace creer que ejerce el poder en beneficio del pueblo, aunque la verdad es que actúa imbuido de una feroz megalomanía y una desmedida ambición de absolutismo.
Chávez es el creador del Populismo Siglo XXI, una mezcla explosiva de demagogia y populismo tradicional. Lo ha convertido en un mal, peligroso y contagioso que amenaza a la región; opera sobre la base de la mentira y el engaño y golpea implacable en las sociedades, las mangonea, las corrompe y transforma en enfermos terminales a las democracias y a los sistemas republicanos de gobierno.
Tiempo atrás escribí una columna titulada justamente, "Demagogia y populismo", donde apunté a describir cómo operan estas lacras en la vida de los pueblos, cómo logran infiltrarse y deteriorar la calidad institucional de una nación. Hoy vuelvo a hacerlo para que la gente tome conciencia de lo que ha sido y han hecho Chávez y sus apóstoles.
La demagogia se manifiesta de manera verbal. Mediante argumentos engañosos busca mostrar como cierto algo que no lo es y para ello apela a los defectos propios de la naturaleza humana como la credulidad, la ambición, la disposición al menor esfuerzo para obtener logros y la debilidad ante la lisonja. El populismo utiliza la demagogia pero apunta a obtener el poder, usando sobre todo las "masas marginales disponibles", fácil presa de la seducción "reivindicativa". El líder populista es una deformación del viejo caudillismo, porque busca lograr el ascenso y el reconocimiento popular, aunque no a través de su valía, sino por el embuste: les hace creer que ejerce el poder en beneficio del pueblo, aunque la verdad es que actúa imbuido de una feroz megalomanía y una desmedida ambición de absolutismo.
.....................
No hay comentarios:
Publicar un comentario