domingo, 16 de septiembre de 2012

Uruguay: La peronización de la izquierda y nuestra decadencia cívica son procesos concomitantes


La argentinización del Uruguay



FRANCISCO FAIG
Durante décadas se han verificado dos culturas políticas diferentes de un lado y del otro del Plata. Hay al menos dos razones conocidas para ello. En Argentina, la sucesión de golpes de Estado desde 1931, y la complejidad del fenómeno peronista con sus consecuencias políticas y sociales; en Uruguay, la temprana integración social en el siglo XX, propiciada por partidos vigorosos y policlasistas, que coparticiparon del poder en un Estado benefactor. Pero hace ya algunos años que esa realidad está cambiando: nos estamos argentinizando.
Primeramente, porque la peronización del Frente Amplio es innegable. Claro está, no hay una identidad perfecta entre el peronismo argentino y la izquierda uruguaya, entre otros motivos porque los sistemas y la vitalidad de los partidos aquí y allá son muy distintos. Sin embargo, el viejo Frente Amplio de 1971 no tiene nada que ver con el de Mujica presidente. Al igual que el peronismo, nuestra izquierda logra hoy posicionarse como gobierno y oposición a la vez. Es un proceso que, como en Argentina, va en un sentido de fomentar el movimientismo y abandonar la lógica de estructura partidaria, como bien sabe Topolanski con sus loas a la Cámpora. No es casualidad entonces que desde 2004 el Movimiento de Participación Popular sea mayoría en la izquierda.
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