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miércoles, 27 de agosto de 2014

Una enumeración de “excusas débiles” que dan los cristianos al divorciarse o separarse.




J. Lee Grady, antiguo editor y actual columnista de prestigio de la revista norteamerica “Charisma”(protestante carismática), ha escrito una enumeración de “excusas débiles” que dan los cristianos al divorciarse o separarse.

Hay que tener en cuenta que el divorcio tiene en Estados Unidos una tradición mucho más antigua que en España, que las iglesias protestantes no creen en el matrimonio como sacramento y permiten el divorcio por causas “justificadas” (varían de unas a otras) y que han pasado ya más de 40 años desde que Ronald Reagan firmara la primera ley de “divorcio sin culpa”, que facilitaba las rupturas sin causa necesaria (a Reagan le presionó para aprobar esta ley el congresista James A. Hayes, cuya mujer quería divorciarse acusándole de “crueldad” y necesitaba evitarlo acogiéndose a una ley de divorcio “sin causa”; Reagan se arrepentiría de abrir esa puerta, como se explica aquí).

La doctrina católica insiste en que el matrimonio (natural o sacramental) es una unión indisoluble que hace el mismo Dios, no hay fuerza que pueda romperlo (excepto la muerte) y la separación es aceptable solo en casos graves (evitar violencia, riesgo para los hijos, etc…), con la posibilidad, a veces contra toda esperanza humana –no divina-, de reconstruir o sanar la relación.

J. Lee Grady, como protestante, ha creado su propia doctrina de “causas aceptables de divorcio” (en su opinión son cuatro: adulterio sin arrepentimiento, la violencia física, la crueldad o el control emocional y la “incompatibilidad espiritual”).

Pero ahora J.Lee Grady denuncia que fuera de estos casos se están dando muchas rupturas, a veces bajo excusas débiles y falsamente espiritualistas, que minan las familias cristianas actuales.

Aunque estas excusas son especialmente dañinas en ambientes cristianos protestantes, también los católicos en momentos difíciles pueden verse tentados a utilizarlas y dañados por ellas.

1. “Para empezar, nunca deberíamos habernos casado”
2. “Nuestras familias no se soportan, no se llevan bien”
3. “Nos hemos ido distanciando”
4. “Discutimos demasiado”
5. “Ir a asesoramiento y terapia no nos ha servido”
6. “Dios me dijo que me fuera y me casara con otra persona”
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