Translate

jueves, 14 de marzo de 2013

Papa Francisco - ideas del Cardenal Bergoglio sobre la Argentina

A la educación, todo

por Jorge Mario Bergoglio

Texto dirigido a las comunidades educativas (10 de abril de 2002)

Hay momentos en la vida (pocos, pero esenciales) en que es preciso tomar decisiones críticas, totales y fundantes. 
  • Críticas, porque se ubican en el preciso límite entre la apuesta y la claudicación, la esperanza y el desastre, la vida y la muerte. 
  • Totales, porque no se refieren a algún aspecto particular, a un “asunto” o “desafío” optativo, a un sector determinado de la realidad, sino que definen una vida en su totalidad y por un largo tiempo. Es más: hacen a la más profunda identidad de cada uno. No sólo suceden en el tiempo, sino que le dan forma a nuestra temporalidad y a nuestra existencia. En ese sentido es que uso el tercer adjetivo, 
  • fundantes. Fundan un modo de vivir, una forma de ser, de verse a uno mismo y de presentarse en el mundo y ante los semejantes, una determinada posición ante los futuros posibles.
Hoy quiero compartir con ustedes la percepción de que estamos justamente en uno de esos momentos decisivos. Pero no individualmente, sino como Nación.

Es una convicción compartida por muchos, incluso por el Santo Padre, como nos lo dio a entender en nuestra última visita episcopal a Roma.

La Argentina llegó al momento de una decisión crítica, global y fundante, que compete a cada uno de sus habitantes; la decisión de seguir siendo un país, aprender de la experiencia dolorosa de estos años e iniciar un camino nuevo, o hundirse en la miseria, el caos, la pérdida de valores y la descomposición como sociedad.


I. Una esperanza renovada y audaz
El objeto de esta meditación no es recargar las tintas en la sensación de amenaza sino, por el contrario, invitarlos a la esperanza. Quisiera profundizar las reflexiones que compartía con ustedes hace un par de años pero ya desde la concreta y decisiva experiencia de estos meses. La esperanza es la virtud de lo arduo pero posible, aquella que invita, sí, a no bajar nunca los brazos, pero no de un modo meramente voluntarista, sino encontrando la mejor forma de mantenerlos en actividad, de hacer con ellos algo real y concreto. Virtud que por momentos nos impulsa a avanzar, gritar y sacudirnos las tendencias a la inacción, la resignación y la caída. Pero que, en otras ocasiones, nos invita a callar y sufrir, alimentando nuestro interior con los deseos, ideales y recursos que nos permitirán –cuando llegue el momento propicio, el kairós– dar a luz realidades más humanas, más justas, más fraternas. Porque la esperanza no se apoya solamente en los recursos de los seres humanos, sino que busca sintonizar con la acción de Dios, que recoge nuestros intentos integrándolos en su plan de salvación.
Nuestra reflexión sobre la esperanza en el año 2002 tiene una diferencia fundamental con la que ya compartimos en el 2000: se ubica en el pico mismo de la crisis, en su punto de mayor inflexión. Pero, al mismo tiempo, creo no equivocarme al discernir que ese pico constituye justamente el momento propicio, el tiempo en que la historia adquiere una especial densidad y las acciones de las mujeres y los hombres cobran mayor significado. Si los gestos de solidaridad y amor desinteresado siempre fueron una especie de profecía, un signo poderoso de la posibilidad de otra historia, hoy su carga de propuesta es infinitamente mayor. Marcan una huella transitable en medio del pantano, una dirección justa en el instante de extravío. Contrariamente, la mentira y el robo (ingredientes principales de la corrupción) siempre son males que destruyen la comunidad. La sola práctica de la corrupción puede desbarrancar definitivamente esta frágil construcción que, como pueblo, queremos intentar.

....... (índice de temas) 


II. La ciudad de Dios en la historia secular

III. Después de los cacerolazos, ¿qué?

IV. Martín Fierro, poema “nacional”

1. La pregunta por la “identidad nacional” en un mundo globalizado

2. La Nación como continuidad de una historia común

3. Ser un pueblo supone, ante todo, una actitud ética, que brota de la libertad

V. Martín Fierro, poema “incluyente”

1. Un país moderno, pero para todos

2. Debe el gaucho tener Escuela…

VI. Martín Fierro, compendio de ética cívica

1. Los recursos de la cultura popular

2. Los consejos de Martín Fierro


2.1. Prudencia o “picardía”: obrar desde la verdad y el bien… o por conveniencia

2.2. La jerarquía de los valores y la ética exitista del “ganador”

2.3. El trabajo y la clase de persona que queremos ser

2.4. El urgente servicio a los más débiles

2.5. Nunca más el robo, la coima y el “no te metás”

2.6. Palabras vanas, palabras verdaderas

VII. Conclusión: Palabra y amistad





Leer aquí: www.revistacriterio.com.ar

No hay comentarios:

Publicar un comentario